BRASILIA.- La alarma mundial por el recrudecimiento de la deforestación y la multiplicación de incendios en el Amazonas no alcanzó para amilanar al presidente Jair Bolsonaro, que ahora va por más: su Gobierno anunció que promoverá el desarrollo del sector privado en el mayor pulmón natural del mundo, junto a Estados Unidos, nada menos.
El gobierno de Bolsonaro comparte con la Administración de Donald Trump la distinción de ser los principales críticos en el mundo del Acuerdo Climático de París, que establece medidas para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) para promover la resiliencia de los ecosistemas naturales y reducir el calentamiento global. Ambos mandatarios se han sabido destacar en los foros internacionales por negar el cambio climático, posición que ahora está poniendo en serio riesgo el acuerdo sellado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), tras la crisis desatada en el Amazonas.
Con estos antecedentes, el acuerdo anunciado por el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, y su par brasileño, Ernesto Araujo, profundiza la preocupación mundial por la salud de esa selva tropical, aunque haya sido presentado como un plan de vocación ambiental. “Este mes, equipos brasileños y estadounidenses avanzarán en el compromiso que nuestros presidentes hicieron en marzo para crear un fondo de inversión de impacto de 100 millones de dólares por 11 años para la conservación de la biodiversidad amazónica”, anunció Pompeo, quien aclaró que “el proyecto será liderado por el sector privado”.
Funcionarios estadounidenses precisaron luego que el fondo busca “apoyar inversiones” en sectores de “alto riesgo” y de difícil acceso del Amazonas para estimular negocios en línea con la conservación de los bosques. Ambos países buscan “el desarrollo económico responsable” en la región, afirmaron los funcionarios, reunidos en Washington.
“Necesitamos nuevas iniciativas productivas, que generen empleos, que generen ingresos para las personas en la Amazonia, y ahí es donde nuestra asociación con Estados Unidos será muy importante para nosotros”, amplió Araujo.
Sin embargo, el canciller negó la preocupación mundial existente por la deforestación del Amazonas, al considerarla “exagerada” por una “suerte de histeria en la que se supone que hay una crisis climática” que para Brasil evidentemente no es tal.