ROMA.- El sínodo que comenzará el 3 de octubre en el Vaticano y reunirá a delegaciones de obispos de todo el mundo católico debatirá, entre otros, un tema especialmente urticante para los sectores conservadores como la posibilidad de que Francisco autorice la existencia de sacerdotes “viri probati”: laicos católicos “de probada fe” pero con familia que sean ordenados con ciertas restricciones para ejercitar el ministerio en zonas donde es muy escasa la presencia de curas.
El encuentro albergará “la lucha política interna de los sectores que quieren impedir que Francisco realice el sueño del Concilio Vaticano II, del cual es hijo legítimo y directo”, advirtió ayer Sosa Abascal, quien consideró que el poderoso lobby de ultraderecha –concentrado sobre todo en Estados Unidos- busca obligar a renunciar al papa presionándolo continuamente.