WASHINGTON.- El inminente inicio de campañas de vacunación de la población contra el coronavirus en el Reino Unido y Rusia desnudó una carrera global subterránea a la disputa de los grandes desarrolladores del virtual remedio contra la pandemia: la pelea por la distribución del antídoto.
Mientras los organismos de control de Estados Unidos y Europa aceleran el proceso de revisión de las inoculaciones de las farmacéuticas Pfizer/BioNTech (a la que encargaron 100.000.000 y 300.000.000 de dosis respectivamente) y Moderna, los países del resto mundo inician una disputa descarnada por acceder a los remedios. Si bien las empresas que tienen ensayos de fase III avanzados de sus vacunas estiman que, entre todas, pueden producir dosis suficientes para más de un tercio de la población mundial para fines de 2021, lo cierto es que los países de bajos ingresos podrían tener que esperar hasta 2023 o 2024 para vacunar a su población, según estimaciones del Duke Global Health Innovation Center en Durham, Carolina del Norte.
Los fabricantes de las tres vacunas que parecen estar más cerca de una distribución generalizada, AstraZeneca, Pfizer y Moderna, estiman una capacidad de producción total de 5.300 millones de dosis para 2021, que podría cubrir entre 2.600 millones y 3.100 millones de personas, dependiendo de si la vacuna de AstraZeneca se administra en dos dosis o una y media. Mientras que la vacuna Sputnik V” creada en el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya en Moscú podría cubrir a otros 500.000.000 de personas por año fuera de Rusia a partir de 2021, según informó el Fondo de Inversión Directa de Rusia.
Pero el destino de la mayor parte de estas dosis ya está decidido, pues los 27 estados de la Unión Europea junto a otros cinco países ricos han reservado aproximadamente la mitad (incluidas opciones, escritas en sus contratos, para pedir dosis adicionales), aunque sólo representan el 13% de la población mundial. Ante ese panorama, el Duke Global Health Innovation Center advirtió que las poblaciones de los países pobres deberán esperar hasta 2023 o incluso 2024 para acceder a la inoculación.
Un ranking creado por Nature arrojó además un panorama desolador pues indica que el país que más contratos tiene firmados con los desarrolladores, Canadá, podrá contar con 9 dosis de la vacuna por persona, mientras que los países pobres incluidos en la iniciativa Covax (proyecto de la OMS para promover el acceso a las vacunas de manera equitativa en el mundo) accederían a 0,25 dosis de la inoculación por persona. En este contexto, la máxima autoridad de salud pública de África advirtió ayer que el 60% de la población del continente debe vacunarse en los próximos dos o tres años porque de lo contrario se corre el riesgo de que el virus sea endémico en nuestras comunidades”.