La exclusiva entrevista del príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, realizada por la presentadora norteamericana Oprah Winfrey desató una tormenta sin precedentes en el Palacio de Buckingham, que finalmente tuvo que salir ayer a romper un estruendoso silencio para intentar defender a la corona británica de las acusaciones.
Ante la presión de los medios y la sociedad británica, la reina Isabel II rompió la antiquísima tradición de Buckingham de ignorar las polémicas mediáticas, y salió expresar su preocupación” ante las acusaciones de racismo vertidas por Markle y el príncipe Enrique en la entrevista. La crisis desatada en la monarquía dividió generacional e ideológicamente a los británicos y provocó un durísimo golpe a la reputación de la institución.
Las cuestiones que se plantearon (en la entrevista), sobre todo las raciales, son preocupantes. Aunque algunos recuerdos pueden variar, serán tomados seriamente y tratados en forma privada en el seno familiar”, dijo un comunicado de la casa real, que aseguró que Harry, Meghan y Archie serán siempre miembros amados de la familia”.
En la entrevista, los duques de Sussex aseguraron que un miembro de la familia real expresó su temor a que el bebé que la pareja esperaba —hoy el pequeño Archie, de un año de edad— tuviera un tono de piel demasiado oscuro por la raza de Markle. Es más, entre otras cosas, Meghan afirmó que se sintió abandonada y maltratada por la familia real hasta llegar al borde del suicidio, y junto con Harry denunció el racismo de la familia real. Nos fuimos (de la familia) en gran parte por el racismo”, aseguró el príncipe Harry, hijo de la recordada Lady Di, quien afirmó que uno de los episodios más reveladores y tristes” fue cuando más de 70 diputados británicos denunciaron el trasfondo colonial” de artículos publicados por la prensa sobre su esposa, pero nadie de la familia dijo nada en esos tres años”.
En tiempos del Black Lives Matter y del Me Too, las declaraciones pusieron a la casa de los Windsor en el ojo de la tormenta mundial, desatando una crisis sin precedentes en Gran Bretaña. Una encuesta del instituto YouGov reveló ayer una profunda división generacional de la sociedad, con la misma proporción (32%) de quienes creen que la pareja fue tratada con justicia” o injustamente” por la familia real. No obstante, el 61% de los jóvenes entre 18 y 24 años se puso del lado de Meghan y Harry.
En algunos países de la Commonwealth (comunidad de naciones liderada por el Reino Unido) surgieron voces que pueden replantear la relación con la corona británica, mientras que la oposición laborista reclamó una investigación pública sobre unos presuntos episodios de racismo que no tienen cabida en el Reino Unido del siglo XXI”.