En efecto, en la última semana, el país del norte registró un promedio de 57.000 infecciones diarias, lo que significa un aumento de casi el 10% en el número de casos confirmados con respecto a una semana atrás. Las admisiones en hospitales son de 4.700 pacientes diarios, y estados como Nueva York o Nueva Jersey -que fueron epicentro de la pandemia el pasado verano boreal-, están volviendo a encabezar las listas de nuevos contagios. Tenemos tanto potencial por dónde estamos y tantas razones para tener esperanza… Pero ahora tengo miedo”, dijo la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC, durante una sesión informativa en la Casa Blanca.
Al igual que Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas del país, Walensky llamó a las autoridades estatales, locales y a los estadounidenses en general a cumplir las medidas de distanciamiento social y a usar barbijos, al advertir que me preocuparía ver una nueva ola de contagios que se pudiera evitar si mantenemos hábitos básicos como el constante lavado de manos, la distancia social, el uso de máscaras y los exámenes frecuentes”.
Estamos haciendo las cosas prematuramente”, alertó por su parte Fauci al referirse al alivio de restricciones adoptado por numerosos estados, mientras que Walensky clamó: Por favor, esperen un poco más”, y le pidió a los estadounidenses que por el momento, limiten los viajes a los esenciales”. Apenas unas horas después, el propio presidente Joe Biden salió a pedir a la población no bajar la guardia ante el virus, pese al avance de la vacunación. Nuestro trabajo está lejos de terminar; estamos lejos de ganar la guerra contra el Covid-19”, dijo Biden, quien aseveró que estamos en una batalla de vida o muerte con el virus que se está extendiendo rápidamente” y graficó que casi 1.000 estadounidenses mueren cada día por la pandemia: ¡Usen barbijos! Es un deber patriótico”, rogó al fin.
La situación era peor en Europa, donde al retraso de la campaña de vacunación se suma la multiplicación de las nuevas variantes del virus, devolviendo a algunos de los principales países a los peores momentos de la pandemia. Es el caso de Francia, que ayer batió un récord al revelar que hay 4.974 pacientes ingresados en terapia intensiva por el coronavirus, un número inédito en toda la pandemia. El presidente Emmanuel Macron debe decidir ahora si endurece las medidas de confinamiento.
Mientras, en una Italia prácticamente confinada, las autoridades sanitarias informaron ayer otras 417 muertes y 12.916 nuevos casos en las últimas 24 horas; mientras que España notificó 15.501 nuevos casos durante el fin de semana, 1.564 de ellos diagnosticados en las últimas 24 horas, con lo que ya se empieza a dibujar con claridad una cuarta ola de la pandemia. La situación es tal que los médicos de terapia intensiva de Alemania solicitaron a las autoridades del país un cierre total de 15 días, como medida para contener la nueva ola del virus y aliviar a los hospitales, cuyas terapias intensivas comienzan a estar complicadas.