Mientras en el extranjero las ONG denuncian una represión «brutal» de las manifestaciones, las autoridades seguían bloqueando hoy el acceso a WhatsApp e Instagram.
Mahsa Amini, de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre en Teherán por vestir de manera «inapropiada», según la policía moral, encargada de hacer cumplir el estricto código de vestimenta de Irán.
Tres días después murió en el hospital y su fallecimiento provocó protestas nocturnas en las principales ciudades de Irán, incluida la capital, Teherán.
Un medio estatal informó ayer de la muerte de 17 personas en las manifestaciones, pero según la ONG Iran Human Rights (IHR), una organización con sede en Oslo, los fallecidos son al menos 50.
«El gobierno respondió con munición real, pistolas de perdigones y gases lacrimógenos, según videos compartidos en las redes sociales”, dijo el Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI), otra ONG con sede en Nueva York, en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
En varias ciudades, los manifestantes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, quemaron vehículos policiales y corearon consignas antigubernamentales, según medios y activistas.
La policía arrestó a un número desconocido de personas, informaron medios iraníes. Entre ellos se encuentran el activista Majid Tavakoli y el periodista Nilufar Hamedi, según sus allegados.
Las imágenes más virales en las redes sociales son aquellas en las que aparecen mujeres iraníes prendiendo fuego a sus velos.
En Irán, las mujeres deben cubrirse el cabello y no se les permite usar abrigos cortos o ajustados o jeans con agujeros.
Desde Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de la ONU, el presidente Ebrahim Raisi pidió ayer «diferenciar entre manifestantes y vandalismo» y prometió una investigación sobre la muerte de la joven.
Las autoridades, que califican a los manifestantes de «contrarrevolucionarios», «alborotadores» o «conspiradores, decidieron organizar hoy sus propias manifestaciones después de las oraciones del viernes.
Convocadas por una entidad que organiza actos oficiales, miles de personas marcharon en varias ciudades de Irán, en particular en Teherán, pero también en Qom (norte) o Isfahán (centro).
En la capital, cientos de personas, incluidas mujeres con chador, se manifestaron con banderas de Irán y con pancartas de apoyo y agradecimiento a la policía, según la televisión estatal.
«Muerte a los conspiradores», «Abogar por el final del velo es la política estadounidense», eran algunas de las consignas.
La Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico de la República Islámica, alabó por su parte los «esfuerzos y sacrificios de la policía» y dijo que la reciente «conspiración del enemigo» está «condenada al fracaso».
Las autoridades anunciaron ayer la muerte de cinco miembros de las fuerzas de seguridad.
Tras el inicio de las protestas el 16 de septiembre por la noche, el Gobierno limitó el acceso a Internet y desde el miércoles bloqueó Instagram y WhatsApp, una medida contra «las acciones a través de estas redes sociales de contrarrevolucionarios contra la seguridad nacional», según la agencia local Fars.
En este sentido, Estados Unidos anunció hoy el levantamiento de ciertas prohibiciones al comercio con Irán para permitir que las empresas de tecnología proporcionen plataformas y servicios que permitan a los iraníes acceder a internet.