Las repercusiones de la pandemia siguen sacudiendo al mundo, al punto que China reportó ayer sus peores indicadores económicos en dos años con el consumo en su punto más bajo y un aumento del desempleo, presumiblemente a causa de las medidas tomadas para enfrentar el mayor brote del coronavirus desde la primera ola en 2020.
Las rígidas medidas de confinamiento decretadas en Shanghai, la capital económica del país, impactaron en efecto sobre los desplazamientos, el consumo y las cadenas de suministro del gigante asiático. Los analistas esperaban que la producción industrial sufriera una fuerte desaceleración, del 0,5%, pero la caída fue del 2,9% interanual en abril; mientras las ventas al por menor cayeron por segunda vez el mes pasado, en un 11,1% interanual; y la tasa de desempleo pasó del 5,8% en marzo al 6,1% en abril, un nivel similar al récord de 6,1% alcanzado en febrero de 2020.
Ante ese escenario, las autoridades prometieron liberar de todas las restricciones a Shanghai para junio, mientras que más de 300 estudiantes de la Universidad de Pekín protestaron ayer contra el endurecimiento de las medidas contra el coronavirus en la capital.
A la vez, en Corea del Norte, el presidente Kim Jong Un ordenó al Ejército ayudar a distribuir medicamentos ante la expansión del virus, luego de que el país registrara el fin de semana más de 392.000 “nuevos pacientes con fiebre”, elevando a más de 1.200.000 la cifra de infectados.