La central de Zaporiyia volvió a recibir de la red ucraniana la electricidad que necesita para sus funciones de seguridad, informó la agencia nuclear de la ONU, aunque Rusia acusó a Ucrania de realizar nuevos bombardeos cerca de las instalaciones que ocupa desde marzo.
La planta «vuelve a recibir electricidad directamente de la red nacional después de que los ingenieros hayan reparado una de las cuatro líneas principales de alimentación externa dañadas durante el conflicto», informó el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a través de un comunicado.
«La línea de 750 kilovoltios restaurada suministra ahora a la mayor central nuclear de Europa la electricidad que necesita para la refrigeración del reactor y otras funciones esenciales de seguridad», añadió el organismo.
Zaporiyia había perdido hace dos semanas la conexión externa, por lo que dependía de la electricidad que producía la propia planta y de las líneas de reserva, y si bien desde el 11 de septiembre no tiene ningún reactor operativo, aún necesita de energía para mantener sus mecanismos de seguridad.
«Aunque la situación energética de Zaporiyia mejoró a lo largo de la última semana, la situación general de la planta situada en medio de una zona de guerra sigue siendo precaria», dijo el director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi.
Nuevos ataques
En ese sentido, Rusia denunció este sábado que Ucrania realizó nuevos bombardeos cerca de la planta.
«El régimen de Kiev reanudó las provocaciones para crear la amenaza de una catástrofe artificial en la planta nuclear de Zaporiyia. Durante una jornada se registraron dos bombardeos de artillería de la aldea de residencias de verano Volna, y una estación eléctrica térmica ubicada en las inmediaciones de la central», informó el Ministerio de Defensa ruso.
De acuerdo a la cartera, se dispararon 15 proyectiles y algunos de ellos impactaron cerca de la mayor central nuclear de Europa, consignó la agencia de noticias rusa Sputnik.
Las fuerzas rusas tomaron el control de las instalaciones nucleares el 4 de marzo, pocos días después del inicio de su invasión de Ucrania.
La central, situada en el sur de Ucrania, fue bombardeada varias veces en las últimas semanas, y Moscú y Kiev se culpan mutuamente de los ataques.
El OIEA estableció una misión con presencia permanente en el lugar para controlar la seguridad y exigió que se establezca una zona desmilitarizada para evitar ofensivas directas.
La agencia es un organismo técnico sin mandato para ordenar una desmilitarización de la zona alrededor de Zaporiyia, algo que sí podría decidirse en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde, sin embargo, el poder de veto de Rusia y algunas potencias occidentales impiden avanzar en alguna resolución.