Ocho soldados israelíes murieron el sábado en el sur de la Franja de Gaza, según informó el ejército, mientras las fuerzas seguían avanzando en la ciudad meridional de Rafah y sus alrededores, y los ataques alcanzaban varias zonas de Gaza, matando al menos a 19 palestinos.
Los soldados, todos ellos miembros de una unidad de ingeniería de combate, se encontraban en un vehículo blindado que fue alcanzado por una explosión que detonó el material de ingeniería que transportaba, aparentemente contraviniendo las prácticas habituales, según el ejército.
Se está investigando el incidente ocurrido a primera hora de la mañana en la zona de Tel al-Sultan, al oeste de Rafah.
El brazo armado del grupo militante palestino Hamás afirmó que el vehículo había quedado atrapado en un campo de minas preparado que desencadenó la explosión.
Los tanques israelíes avanzaron en Tel al-Sultan y cayeron proyectiles en la zona costera, donde miles de palestinos, muchos de ellos desplazados ya varias veces, han buscado refugio.
A pesar de la creciente presión internacional en favor de un alto el fuego, parece aún lejano un acuerdo que ponga fin a los combates, más de ocho meses después del inicio de la guerra en octubre, mientras se intensifican los intercambios de fuego transfronterizos casi diarios con los combatientes de la milicia de Hezbolá en el sur del Líbano.
En los ataques aéreos israelíes contra dos casas en los suburbios de la ciudad de Gaza, según los residentes, murieron al menos 15 personas. Otros cuatro murieron en ataques separados en el sur, según los médicos.
El ejército israelí declaró el sábado que sus fuerzas en Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, cerca de la frontera con Egipto, habían capturado grandes cantidades de armas, tanto en la superficie como ocultas en la extensa red de túneles construida por Hamás.
El viernes, los militantes habían disparado cinco cohetes desde la zona humanitaria del centro de Gaza, dos de los cuales cayeron en zonas abiertas de Israel y tres en Gaza.
«Este es un ejemplo más de la cínica explotación de las infraestructuras humanitarias y de la población civil como escudos humanos por parte de las organizaciones terroristas en la Franja de Gaza para sus ataques terroristas», afirmó el ejército.