KIEV.- El fin de semana, la Federación Rusa anunció su salida del acuerdo de exportación de granos ucranianos al cual había suscripto tras arduas negociaciones en julio para destrabar la salida de millones de toneladas hacia distintos mercados del mundo.
El Kremlin argumentó que suspendió su participación tras acusar a Ucrania y al Reino Unido de atacar con drones a su flota en el mar Negro, en Crimea. Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, unos 176 barcos con trigo, cebada o maíz están impedidos de zarpar hacia países de África y Asia.
Se trata de estados importadores netos de alimentos y dependen de los granos ucranianos para evitar una hambruna. La decisión rusa fue rechazada por Naciones Unidas, que medió en el acuerdo, y la Unión Europea.
El pacto también permitió a Rusia reanudar la exportación de fertilizantes, que estaba sometida a sanciones internacionales impuestas a Moscú por la guerra en Ucrania.
Tras el anuncio ruso, Turquía inició conversaciones con el Kremlin para que el país regrese al acuerdo. Además, Ankara es responsable de inspeccionar los barcos con cereales a su paso desde el mar Negro al mar Mediterráneo.