El nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, asumió su cargo en medio de un desequilibrio económico y social, acelerado por la presentación del plan económico de su antecesora, Liz Truss, y el impacto de la guerra en Ucrania con la crisis energética.
Ayer el multimillonario ex banquero de 42 años, nieto de inmigrantes indios, se convirtió formalmente en el nuevo primer ministro tras reunirse con el rey Carlos III.
En este marco dio su primer discurso y aseguró que tomará “decisiones difíciles” para corregir errores previos. “Se cometieron algunos errores. No nacidos de la mala voluntad o malas intenciones”, dijo en referencia a la ex líder torie.
El actual ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, seguirá en el cargo. Hunt asumió en reemplazo a Kwasi Kwarteng, despedido por Truss tras las turbulencias en los mercados, el desplome de la libra y el encarecimiento de las deudas hipotecarias que causó su plan económico de reducción de impuestos con deuda no financiada.
El Ministro dio marcha atrás, anunció nuevas medidas y subió más impuestos para equilibrar el déficit. Desde la oposición, el Partido Laborista pidió elecciones generales. “Sunak es parte de 12 años de fracaso conservador. La gente no votó en las últimas elecciones por una economía de impuestos altos y bajo crecimiento”, sentenció.