La solidaridad” es un concepto del siglo XIX –fruto de la fraternidad” de la Revolución Francesa, que profundizó la caridad” cristiana- y construyó buena parte de la red social de contención existente en la búsqueda del bien común. Sin embargo, aparece como insuficiente para construir en circunstancias en que se requiere una negociación.
La negociación cooperativa es, así, una evolución necesaria cuando los conflictos son insolubles con negociaciones competitivas, o es insuficiente mediante la simple solidaridad que, de alguna manera, implica sostener y no cuestionar la supremacía de unos sobre otros.
Por definición, es una forma en la que dos partes no necesariamente iguales acuerdan aspectos comunes de sus relaciones, dejando de lado aquellas que son competitivas, generando confianza mutua que puede derivar en otra negociación cooperativa en plazos mayores.
Si existe desconfianza mutua, es improbable que dos partes logren acuerdos cooperativos de largo plazo, por lo que la tarea comienza con acuerdos de corto plazo con los grupos de interés (internos, externos) y la sociedad; basados en la transparencia de la información de unos y otros, y compromisos mutuos crecientes en los temas mutuamente significativos.
Estos compromisos pueden ser de colaboración, cooperación, asociación e integración. Que incluyan la generación y distribución del capital económico/financiero, social (o sea relaciones), ambiental y humano.
Es un paso a paso, de modo que este camino crítico aumente gradualmente la confianza mutua, la percepción positiva de unos y otros, reduzca los riesgos y agregue capital de todos los tipos al desarrollo integral.
Parece una tarea utópica, sin embargo, no son pocas las organizaciones exitosas y sostenibles que ya han comenzado y avanzado en ese camino.
En el Estado y en las empresas
La agenda 2030 del Pacto Global de las Naciones Unidas, que propone los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), va en ese camino.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE establece las directrices a las que deben someterse las empresas multinacionales de los países que son miembros; directrices que determinan, entre otras, las siguientes exigencias de organización e información: la estructura del Órgano Superior de Gobierno –que requiere contar con un representante, organismo o miembro que controle el cumplimiento de las directrices; y que se establezcan las competencias y funciones, un mecanismo de evaluación y desempeño y sistemas de remuneración e incentivos para los directivos, vinculados al cumplimiento de las normas.
La OCDE, el Pacto Global, ISO 26000 y otras entidades están integradas a las Normas GRI como marco de referencia de la gestión y reporte de su gestión sostenible, a partir de negociaciones cooperativas con los grupos de interés sobre los temas significativos.
Así, el mundo está proponiendo avanzar en una red mundial de cooperación, buscando aumentar su eficacia, su responsabilidad en la generación y distribución de riqueza, los aspectos ambientales y sociales.
Más allá de las empresas (multinacionales, grandes nacionales o pequeñas y medianas), la cooperación no se limita al ámbito empresario. En los entes gubernamentales y ONG existe una crisis generalizada de representatividad, como en los partidos políticos. También en un Estado limitado para responder eficazmente a todas las demandas sociales. En ese ámbito, las organizaciones sociales pueden convertirse en un complemento eficiente de las políticas públicas, tanto en la planificación, la ejecución y el control social, que recupere la legitimidad de ejercicio de los gobiernos.
Para ello, las ONG deben iniciar entre sí, con las empresas y los Estados, a ejercer gestiones sostenibles que reporten toda la información requerida por sus públicos de interés –aquellos que pueden afectarlas o a los que afectan significativamente-, so pena de convertirse en simples testaferros o herramientas del gobierno de turno.
Así, una negociación cooperativa no solo mejorará su eficacia al permitirle acceder a recursos materiales o inmateriales de los que de otra forma carecerían, sino que alejaría las posibilidades de ser juzgadas poco transparentes, oportunistas, etc., que afectan la confianza pública y la legitimidad que la sociedad habitualmente les asigna.
A escala individual
En los ámbitos familiares o de grupos de amigos, han sido y son comunes las rupturas, las discusiones sobre temas que ninguno puede modificar por sí, o sobre temas opinables desde distintos puntos de vista, los cuales con frecuencia se excluyen como temas de conversación. Las redes sociales y otros medios masivos insisten en el acuerdo o desacuerdo, me gusta o no me gusta, de modo dicotómico, de modo que se dramatizan las diferencias hasta la ruptura.
La negociación cooperativa, puede comenzar a unir los bordes de esas grietas, a partir de contactos bilaterales o de pequeños grupos, que permitan la evolución de las relaciones, más allá y a partir de lo afectivo.
La negociación cooperativa se constituye, así, en el único modo de evitar los conflictos, disminuir los efectos, escalar la solidaridad y construir un mundo sostenible.
Investigador FCEA-UCC, Presidente de la Comisión de Organizaciones Sociales del CPCE.