Si Enrique Santos Discépolo viviera, se hubiera hecho un festín con los gestos y, sobre todo, con los asistentes al acto en el que Unión por Córdoba se convirtió en historia para dejarle lugar al “renovado” Hacemos por Córdoba.
Con una importante puesta en escena en un coqueto hotel de la zona norte, que durante mucho tiempo supo albergar al entonces candidato presidencial Mauricio Macri en sus visitas proselitistas, el nacimiento del nuevo frente local fue la excusa para la reaparición de algunos rostros que durante mucho tiempo estuvieron alejados del candelero local.
Entre los presentes, Discepolín habría redescubierto a nada menos que a Domingo Carbonetti. El hombre fuerte de Bell Ville y durante años señalado por la oposición política como el “monje negro” de José Manuel de la Sota se paseó muy campante repartiendo abrazos a granel. Justamente, de esa oposición, por ejemplo, formaron parte Miguel Ortíz Pellegrini (ex UCR, ex juecista) y Roberto Birri (Partido Socialista), que estaban sentados a escasos metros del ex fiscal General de la Provincia.
Daniel Giacomino fue otro de los que desfiló ante el gobernador. Referente de Concertación Forja, el ex intendente y soldado cristinista se fundió en un abrazo de viejos amigos con el “Gringo”. Surrealista.
Pero la gran estrella fue Esteban Avilés. El jefe comunal de Carlos Paz, de innegable origen y militancia en el centenario partido, señaló, instalado en el neoperonismo, que cualquier intendente que sea muy crítico de “Juan (sic) no tiene asidero en lo lógico ni en lo real”.
Para el final queda lo mejor: imaginarse un bloque oficialista integrado por Oscar González, Birri, Giacomino, Avilés y Natalia de la Sota, entre otros. “En el mismo lodo, todos abrazados”, diría el bardo nacido en Buenos Aires.
@elnicofassi