Tras la denuncia de trabajadores del subte porteño sobre la supuesta presencia de asbesto en los vagones, el titular del Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), Eduardo de Montmollin, reconoció “que hay documentación” que confirma la presencia de ese contaminante en las formaciones que no fue leída al momento de comprárselos a España.
“Compramos los trenes asumiendo que estaban en condiciones, ya que a nivel de Unión Europea hay una ley que prohíbe la comercialización de equipamiento con esta sustancia”, explicó el funcionario. En declaraciones al canal CNN, Montmollin sostuvo que “no había manera de validar si era cierto” que tenían este material cancerígeno porque los manuales son muy grandes “y de repente lo que dice eso es una letra chiquita en la página 473 del tomo 4”.
El funcionario consideró que se tendría que haber exigido “el certificado” de calidad antes de comprar los vagones. Para el secretario general de la Asociación gremial de trabajadores del Subterráneo y Premetro, Roberto Pianelli, “el responsable político de la compra de trenes con material cancerígeno fue Mauricio Macri”, entonces jefe de gobierno porteño.