En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) renovó ayer el compromiso para trabajar, investigar y promover prácticas que permitan alcanzar la justicia, la equidad y la igualdad. Sobre todo, en las poblaciones que han sido postergadas históricamente como la de las mujeres y otras identidades (lesbianas, travestis, transgéneros, transexuales, bisexuales y personas no binarias)”.
A través de un comunicado difundido en la víspera por la Unidad Central de Políticas de Género, la UNC destacó ser impulsora de acciones que permitieron realizar modificaciones a un sistema desigual, que durante mucho tiempo privilegió a determinado sector de la sociedad, por sobre otros”.
Hoy más que nunca, así como supieron hacer quienes formaron parte de la gesta histórica de La Reforma, hecho que transformó la vida universitaria de América Latina; nuestra Casa de Estudios promueve e invita a toda la comunidad a contribuir con esa transformación, a fin de saldar una deuda y reconstruir un pasado marcado por la falta de reconocimiento hacia las mujeres cuyo rol y participación han sido fundamental en cada acción emprendida”, señaló el escrito.
Asimismo, se recordó que desde la Casa de Trejo se han implementado políticas universitarias de género para cambiar esa historia, asumiendo la responsabilidad, invitando al diálogo desde la diversidad de miradas, con pluralidad de posturas, hacia la construcción de mecanismos que nos permitan abordar la multiplicidad de problemáticas que traen aparejadas la carencia de la perspectiva de género en todos los ámbitos”. Algunas propuestas llegaron de la mano de la primera Rectora mujer en casi 400 años de historia universitaria (Carolina Scotto), a partir de las cuales se ampliaron y fortalecieron de acuerdo a la implementación y el contexto, lo que permitió a su vez generar nuevas políticas que ya estaban en marcha”, se agregó.
En el mismo documento, se afirmó: Sabemos que todavía falta un largo camino por recorrer, y somos conscientes que para seguir avanzando es necesario y urgente asumir la responsabilidad que nos compete como ciudadanía en la modificación de determinadas conductas naturalizadas y arraigadas en un sistema que continúa reproduciendo las desigualdades de género. Para sortear esas barreras y terminar con las expresiones que limitan el desarrollo pleno de mujeres y otras identidades en todos los ámbitos, es indispensable aunar saberes y conocimientos desde la interdisciplinariedad, la interinstitucionalidad y la interseccionalidad, sabiendo que la multiplicidad de miradas enriquecen y fortalecen los logros con el fin de alcanzar la tan ansiada equidad e igualdad entre los géneros”.
Cada 8 de marzo tiene que seguir siendo una oportunidad de visibilización de las metas alcanzadas, pero también de reconocer las materias pendientes, para que esas luchas promovidas desde los movimientos de mujeres, feministas y de la diversidad, que suceden en simultáneo en todas partes del mundo, sigan aportando a cuestionarnos las normas que naturalizan las violencias y desigualdades, y permitan ampliar la conciencia de aquellos derechos que aún nos faltan conquistar. Porque desde la Universidad podemos aportar a la comunidad, contribuyendo de distintas maneras a la transformación de los patrones socioculturales, que se manifiestan en conductas, sistema de creencias y estereotipos que sostienen la desigualdad; para construir una comunidad de vida más justa, solidaria, igualitaria y equitativa”, concluyó.