En la Circular 4/2022 el Ministerio de Educación porteño, que encabeza Soledad Acuña, ordenó a las/los docentes desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales «de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza».
Y aclaró que esta medida «aplica únicamente a los contenidos que dictan los/as docentes en clase, al material que se le entrega a los/as estudiantes y a documentos oficiales de los establecimientos educativos».
En su fundamento para prohibir el uso de las «e», «x» y «@» el Gobierno de la CABA, que encabeza Horacio Rodríguez Larreta, destaca que los resultados en Lengua obtenidos por los estudiantes en las evaluaciones realizadas tras la pandemia «no son buenos» y que en «comprensión lectora tenemos un retroceso de casi 4 años».
Enumeró que extendió el calendario escolar, sumó horas de clase, se abrieron escuelas los días sábado, se brindaron nuevas capacitaciones docentes, se inició un plan de fluidez lectora y que a esas medidas se le suman la regulación del uso de la «e», «x» y «@» por parte de los/as docentes.
«Es una medida para facilitar la forma en que nuestros chicos y chicas aprenden y adquieren el lenguaje», destacó la cartera porteña en su resolución y agregó «la lengua española brinda muchas opciones para ser inclusivo sin necesidad de tergiversar la lengua, ni de agregar complejidad a la comprensión y fluidez lectora».
Precisó que la Real Academia Española en el informe sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas, «ha sostenido que «el uso de la @ o de las letras «e» y «x>> como supuestas marcas de género inclusivo «es ajeno a la morfología del español» Y que «corresponde como tarea primordial del sistema educativo promover el desarrollo del lenguaje oral y proporcionar conocimientos y capacidades básicas de lectura y escritura (…), al tiempo que cita experiencias similares en Francia y Uruguay.
Al respecto, Silvia Ramirez Gelbes, directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés, destacó que «se entiende que las academias de la lengua se opongan al lenguaje inclusivo ya que su función es mantener la unidad supranacional del idioma».
«Lo que me parece un poco más extraño es que se lo prohíba o que se lo imponga, porque quienes lo usan, lo usan. Así como usan el artículo masculino con la palabra «arroba» (que lleva artículo femenino) o dicen «pienso de que» cuando la forma correcta es «pienso que», refirió la especialista.
Y agregó que «quienes no lo usan, aunque se lo impongan, no lo usan» .y se preguntó «si se ha demostrado que el uso del lenguaje inclusivo incide de alguna manera en la lectoescritura. Nadie cree que los resultados de esas pruebas sean debidos exclusivamente a la aparición de estos reemplazos».
En tanto Celeste Mac Dougall, docente de CABA y especialista en salud sexual integral e inclusiva, indicó que «`pensar que el lenguaje inclusivo es una traba respecto al aprendizaje es una mirada muy limitada, el uso de este lenguaje es una ventana de posibilidad de un sin número de contenidos, no solo de la ESI, sino de como se construye el lenguaje social».
«En términos de mejora de la calidad educativa una prohibición nunca aporta nada interesante, la resolución del Ministerio debe pensar alternativas en el abordaje no en prohibiciones que apuntan a la apertura del pensamiento. El uso de este lenguaje estalló en las escuelas y esas instituciones son un lugar de posibilidad».
Por su parte Flavio Buccino, docente y especialista en gestión educativa, dijo a Télam que «no encuentro una relación de causalidad entre lenguaje inclusivo y los resultados de una prueba. La escuela enseña contenidos normalizados, oficiales,. Oficialmente no existe el lenguaje inclusivo y no se puede prohibir enseñar algo que no existe oficialmente».
«No concuerda una idea de sacar una resolución prohibiendo esto y tampoco creo que la justificación sea una evaluación de lengua. Si se utiliza este lenguaje los docentes no lo debe promover, ellos promueven normas, reglas, lo que es ley y el lenguaje inclusivo no esta normatizado» dijo Buccino.
En tanto, la legisladora del FIT y dirigente del gremio Ademys, Amanda Martín, destacó que «resulta que ahora el Ministerio de Educación se va a dedicar a perseguir a quien utilice las ´marcas de género´@, X, e, porque son espejo de una supuesta ´ideología de género´. Acuña a lo Bolsonaro pretende prohibir el lenguaje inclusivo, pero no lo va a lograr».