Una multitud se movilizó ayer desde la Ciudad Universitaria por la avenida Hipólito Yrigoyen hasta la esquina de la calle Obispo Trejo como réplica local de la marcha federal por la educación pública y en apoyo a la Ley de Financiamiento Universitario. Allí, miembros de la comunidad local, sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales y vecinos de la ciudad colmaron la avenida del barrio Nueva Córdoba.
Las columnas, encabezadas por el rector Jhon Boretto y la vicerrectora Mariela Marchisio, marcharon desde el Monumento a la Reforma, en Ciudad Universitaria, hasta las inmediaciones de la ex plaza Vélez Sársfield, bajo la consigna “La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”. La movilización finalizó con un acto en el que se leyó un documento consensuado entre el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN); el mismo que se leyó en las marchas realizadas en todo el país.
En el escrito se sostuvo que “la situación hoy es más crítica que a comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial. La pérdida de quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con un porcentaje enorme de docentes y no docentes percibiendo un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia. Esto compromete uno de los núcleos de la Universidad Pública, pues pone en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para su funcionamiento”. El documento llevó las adhesiones de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), la Gremial San Martín y de la Asocuación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (Adiuc).
En otro párrafo, el documento leído ante la multitud sostenía que “la ciencia es la Universidad, la crisis que atraviesa el sistema científico es más profunda y será terminal si no se consideran medidas urgentes. La falta de actualización salarial de los docentes investigadores, junto con la reducción del financiamiento para becas y programas de apoyo, afecta gravemente al sistema científico-tecnológico argentino”.
Y agregó: “Para toda la comunidad estudiantil, lo que meses atrás era una profunda preocupación por el ajuste presupuestario, hoy es una emergencia que pone en riesgo la esencia misma de la educación pública argentina. Una realidad cada vez más difícil donde el acceso irrestricto está amenazado por la crisis económica y social que se profundiza con cada medida y afecta particularmente a estudiantes de todo el país. El acceso y la permanencia para los hijos e hijas de familias trabajadoras se convierten en una realidad cada vez más lejana”.