El presidente Alberto Fernández cuestionó hoy la acusación en el juicio por la asignación de obra pública nacional en Santa Cruz durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, al afirmar que en esa causa se discuten «decisiones políticas, no judiciables» y negó la existencia de algún tipo de directiva para favorecer a esa provincia.
«Me llama mucho la atención lo que estamos discutiendo en este juicio porque son decisiones políticas, no judiciables», afirmó el Presidente durante su declaración como testigo en el juicio que se le sigue a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros acusados por presuntos delitos en la asignación de obra pública en Santa Cruz entre 2003 y 2015, en el marco de una causa denominada como «Vialidad».
Además, el Presidente negó «arbitrariedades» en la distribución de obra pública nacional y descartó haber recibido instrucciones durante los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner para favorecer a Santa Cruz o a algún empresario en particular.
Fernández descartó además la existencia de un «acuerdo de voluntades» para direccionar obra pública en Santa Cruz en los gobiernos kirchneristas, y remarcó que hay «delegación» de funciones en el Estado nacional.
«Definitivamente no», respondió al ser interrogado sobre si supo de algún tipo de «acuerdo de voluntades» para beneficiar a Santa Cruz mientras fue jefe de Gabinete o en algún otro momento, y además aclaró que en el Estado «hay delegación» de funciones y «no existe posibilidad de que el Presidente pueda conocer cada obra pública».
Al inicio de su declaración, el jefe de Estado recordó que fue jefe de Gabinete en el gobierno de Néstor Kirchner; recordó cómo se conocieron con el expresidente y sostuvo que «siempre fue muy cuidadoso con las cuentas públicas».
«Tenía casi una obsesión con eso, que tuvo primero como gobernador (de Santa Cruz) y luego como Presidente», agregó.
Fernández concurrió en persona a declarar ante el Tribunal Oral Federal 2, en el juicio que se realiza de manera semipresencial en Comodoro Py 2002, donde arribó pasadas las 9.30 en automóvil.
El Presidente ingresó directo a la sala de audiencias en el planta baja del edificio, que amaneció con un fuerte operativo de seguridad, y tras prestar juramento de verdad comenzó a responder preguntas que Beraldi le hizo de manera remota, conectado a través de la plataforma Zoom.
A la sala de audiencias ingresaron el Presidente, los tres jueces Jorge Gorini, András Basso y Rodrigo Giménez Uriburu y un secretario del Tribunal, Martín Cisneros, mientras que las restantes partes se conectaron de manera remota.
Desde el reinicio del debate oral tras la feria judicial de enero ya declararon como testigos otros exjefes de Gabinete de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, entre ellos Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina y Jorge Capitanich.
Los testimonios fueron pedidos por el abogado de la expresidenta, Carlos Beraldi, durante la etapa de instrucción suplementaria preparatoria del juicio en 2018.
El Presidente respondió hoy preguntas de las defensas de los acusados que pidieron su testimonio y luego de las restantes partes.
Para el lunes próximo está citado el presidente de la Cámara de Diputados y exjefe de Gabinete, Sergio Massa, quien declararía por videoconferencia.
En la causa se investigan supuestas irregularidades en la adjudicación de obra pública vial a empresas de Báez en Santa Cruz.