La vicepresidente eligió un plenario de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) en el Parque La Estación, en el sur del conurbano bonaerense, para celebrar el 20 de junio. Desde allí, propició un mensaje directo a Alberto Fernández: “¿Ganar las elecciones para no cambiar nada?, es mejor quedarse en la casa”, sostuvo en uno de los tramos más críticos de su discurso, en el que desplegó además fuertes acusaciones a jueces, funcionarios del Gobierno, al macrismo y los piqueteros.
En todo momento, las declaraciones estuvieron centradas en el plano económico: “Tenemos una inflación única en el mundo, por el déficit fiscal no es”, dijo al señalar uno a uno a los que considera responsables. Entre ellos, el endeudamiento “criminal” generado durante el gobierno de Mauricio Macri. “Es importante que entendamos que el gran problema de la Argentina, que es la inflación, es que antes hubo un problema de endeudamiento”, explicó luego de desechar la idea que los precios escalan a causa del déficit fiscal.
“Cada vez que el país se endeuda en dólares la economía bimonetaria hace saltar al país por los aires”, señaló, acompañada por el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, y el secretario General de la central obrera y diputado nacional, Hugo Yasky. Al mismo tiempo, CFK cuestionó la inacción por parte del Gobierno para poner freno al sector empresario y controlar las importaciones pero también reprobó que el Estado haya delegado en los movimientos piqueteros el reparto de los planes sociales.
“Es como el perro que volteó la olla y mira para otro lado”, dijo. “La economía produce dólares y hay un festival de importaciones. El Gobierno debe pensar articuladamente entre Banco Central, el Ministerio de Producción (que es el que autoriza las importaciones); la Afip en la aduana, porque fija los precios de referencia y controla que no haya subfacturación; y el BCRA. Eso tiene que ser articulado, lo cual no estaría sucediendo”, aseguró.
Luego, a pocos días de la asunción como ministro de Desarrollo Productivo de Daniel Scioli, Kirchner lo nombró y le marcó la cancha. “Tengo expectativas en que Daniel Scioli y el funcionarios que han puesto en Aduanas (Guillermo Michel) puedan reencausar las cosas. Y que nadie se preocupe: la unidad del Frente de Todos nunca estuvo ni estará en discusión”, destacó.