La deuda de la Provincia se ubica a la fecha en torno a 1,82 billones de pesos, más de un billón por encima del stock previo, esto es un aumento de 125,7%. El fortísimo salto del pasivo obedeció a la contundente devaluación aplicada por el Banco Central y que llevó el dólar a 800 pesos desde los 366 pesos del pasado lunes.
El impacto sobre el rojo de Córdoba fue producto, precisamente, de esa decisión de la autoridad monetaria. Sucede que el 98% de la deuda provincial está nominada en dólares y -en menor medida- en euros y dinares kuwaitíes. Así, una devaluación como la dispuesta por el Central se trasladó casi directamente al volumen del pasivo. La situación, no por previsible, es menos preocupante.
Ante este escenario, la legisladora provincial de la oposición, Daniela Gudiño, anticipó en la víspera que pedirá una “urgente” citación al ministro de Economía de Córdoba, Guillermo Acosta, para que brinde precisiones acerca de las “previsiones”.
“Durante años advertimos que la deuda de Córdoba era una bomba. Explotó: con la devaluación llegó a $ 1,8 billones. Citaremos urgente al ministro de Economía para que informe las previsiones que el gobierno de Córdoba ha tomado sobre algo que todos sabían que iba a pasar”, señaló la parlamentaria de la UCR.
Ocurre que el frente externo es uno de los principales problemas que podría afrontar el gobernador Martín Llaryora en el inicio de su gestión. Con un dólar planchado por la política cambiaria aplicada por la anterior gestión, el pasivo no representaba mayores problemas.
Incluso, en el último informe oficial del Ministerio de Finanzas, a octubre pasado, el rojo alcanzaba $ 808.274,1 millones, con un dólar a $ 350. Entonces y según Finanzas, la deuda representaba apenas 3,9 recaudaciones mensuales de la Provincia. Ahora, con una divisa mayorista a 800, la realidad cambió drásticamente, reveló ayer en un informe el diario Comercio y Justicia.
Reperfilar vencimientos
La situación muy probablemente obligará a Llaryora a postergar los vencimientos para 2024, particularmente para los bonos emitidos oportunamente en el mercado, incluso aquellos que ya fueron reestructurados en 2021. La posibilidad de avanzar en un cambio en las fechas de pago como propuesta de adhesión voluntaria a los tenedores de los títulos en cuestión, fue admitida desde el propio Ejecutivo provincial e incluso fue advertido por Moody’s en un informe de pocas horas atrás sobre la situación del pasivo provincial.
En 2024 operan vencimientos por 1.052 millones de dólares entre capital e intereses. El 80% de esa deuda está representada por los bonos emitidos oportunamente.
Como se recordará, el ex gobernador Juan Schiaretti aseguró que dejó a Llaryora fondos líquidos por más de 1.000 millones de dólares. Sin embargo, en el Ejecutivo no están tan seguros de ese ahorro, particularmente porque parte de esos recursos están en pesos.
Sin un reperfilamiento en los vencimientos, las chances de afrontar en tiempo y forma los pagos pendientes parece difícil. Máxime, en un contexto en el que los ingresos corrientes vienen exhibiendo una caída en términos reales, tendencia que seguramente se mantendrá en los próximos meses a juzgar por el panorama de estanflación que se avizora y que confirmó el propio presidente Javier Milei.