Después de haberse manifestado a favor del «pacto de mayo» anunciado por el presidente Javier Mieli durante el discurso que ofreció el viernes pasado en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el gobernador Martín Llaryora mantiene sus convicciones de poner algunas condiciones a la hora de sentarse a negociar en la Casa Rosada.
En sus primeras declaraciones, minutos después del mensaje presidencial, el mandatario cordobés dejó en claro que “mayo queda lejos” y una convocatoria al diálogo “se debe hacer a agenda abierta y sin imposiciones; si no, no es diálogo”, fueron sus primeras definiciones, marcando cierta distancia de la iniciativa de Milei.
Con el correr de las horas, y luego de hacer un análisis con su equipo más cercano, Llaryora considera que “lo favorece” este nuevo escenario que planteó el Presidente, aunque no lo dirá de manera pública, reveló ayer el diario La Voz del Interior. Llaryora se mostrará cauto en sus declaraciones, pero funcionarios de su confianza no ocultan en privado que el sentimiento de “satisfacción” que sobrevoló en el Centro Cívico, el día después del discurso presidencial.
“Hay muchas cuestiones que se resolverán si el Presidente se muestra más abierto y acepta aportes. Pero, desde lo político, no hay dudas de que la convocatoria al diálogo lo pone a Martín en el centro de la escena política. Además, que sea Córdoba el lugar del ‘pacto de mayo’ también ayuda”, graficó uno de los funcionarios más cercanos al Gobernador.
Más allá de la cuestión política, Llaryora considera “vital” la primera convocatoria a los gobernadores, en una cumbre en que se volverán a negociar la cuestión fiscal para las provincias y la caída “Ley ómnibus”, que los libertarios quieren resucitar.
El mandamás cordobés, como la mayoría de sus colegas, con los cuales tiene contactos permanentes, exigirá restituir a las provincias tres partidas nacionales: el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), los subsidios para el transporte público y los desembolsos de la Anses para la Caja de Jubilaciones, que fueron eliminados en enero y febrero.
La otra cuestión que figura como “innegociable” para Llaryora es el intento del Gobierno nacional de imponer un 15% de retenciones a las economías regionales. “Son U$S 1.750 millones anuales, que para la Nación es poca plata y la puede conseguir de otro lado. Pero con esta medida liquida a los pequeños productores. Martín no negociará esta cuestión”, dicen cerca de Llaryora.
Fondos nacionales
En las negociaciones que tendrán los gobernadores con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y con el ministro de Economía, Luis Caputo, el mandatario cordobés intentará recuperar los tres fondos antes mencionados.
Los subsidios para el transporte representaron para Córdoba el año pasado más de $ 20.000 millones anuales. Ahora, con una actualización, sería casi el doble. El Fonid impacta directamente en los docentes, ya que son $ 2.800 millones mensuales, sin actualización. Representa alrededor del 10% del salario de los docentes, que aún no acordaron la paritaria con la Provincia.
Mientras, que la Caja de Jubilaciones se convertirá en el principal tema de discusión para Llaryora. Es el mayor impacto financiero en las arcas provinciales, como lo aseguró el ex titular de la Anses, Osvaldo Giordano.
El año pasado, la Caja de Jubilaciones de Córdoba recibió $ 1.070 millones mensuales, sin actualización desde hace cuatro años. Por una decisión del ministro Luis Caputo, este año se dejaron de enviar fondos a las provincias que no transfirieron sus cajas.
El propio despedido titular de la Anses admitió que, con actualización, Córdoba debería recibir más de $ 10.000 millones mensuales. Es una suma importante, que difícilmente pase el filtro de la motosierra de Milei y de Caputo, pero Córdoba ya presentó dos demandas contra la Anses, porque la compensación está avalada por ley.
Pero hay que esperar un fallo de la Corte Suprema, que puede demorar no menos de dos años. Llaryora necesita los recursos ahora, para equilibrar las finanzas.
Sobre la viabilidad de las negociaciones con la Casa Rosada, Llaryora no es tan optimista. Aunque considera que la Nación, al igual que las provincias, necesita un acuerdo para recuperar fondos. En este caso, el gobernador insiste en su definición, “mayo queda lejos”, un modo de decir que lo esencial será la discusión previa al “pacto de mayo” por la cuestión fiscal.