El presidente Javier Milei le envió una carta al Papa Francisco para invitarlo oficialmente a visitar a la Argentina y consideró que “su viaje traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos, ansiosos de superar nuestras divisiones y enfrentamientos”.
En las redes sociales del Gobierno se difundió la carta junto a una foto del mandatario firmando la misiva, acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. “Usted bien sabe que no necesita invitación para venir a su querida Argentina. A riesgo de decir lo innecesario, le invito a visitar nuestra amada Patria, conforme a las fechas y los lugares que nos sean indicados”, dice el texto.
“Teniendo presente su consejo de tener la sabiduría y el coraje necesarios, en mis primeras semanas de gobierno he procedido a proponer una serie de medidas de gobierno destinadas a transformar la situación que la República Argentina padece hace décadas”, comentó en otro párrafo. E hizo énfasis en la fragilidad económica y social que atraviesa la Argentina: “Somos conscientes que estas decisiones pueden profundizar inequidades, por lo que nuestra prioridad máxima es proteger a nuestros compatriotas más vulnerables, agradeciendo la colaboración de la Iglesia Católica, cuya acción en el campo social es invalorable”.
“Como Presidente de la Nación Argentina, considero que su viaje traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos, ansiosos de superar nuestras divisiones y enfrentamientos. Su presencia y su mensaje contribuirán a la tan deseada unidad de todos nuestros compatriotas y nos brindará la fuerza colectiva necesaria para preservar nuestra paz y trabajar por la prosperidad y el engrandecimiento de nuestra querida República Argentina”, enfatizó.
Y finalizó: “Sé que el tiempo es escaso. Aún así, espero que pueda viajar para la alegría general de todo el pueblo argentino. Reitero a Su Santidad las seguridades de mi alta consideración y respeto por su obra y su persona”.
Antes de llegar a la Presidencia, Milei llegó a calificar al Pontífice de “imbécil”, “zurdo asqueroso” y como “el representante del Maligno en la Tierra”, entre otras expresiones de agravio.