Para corroborar que esté en buenas condiciones, se debe tener en cuenta lo siguiente:
1- Adquirir pescados y alimentos derivados en negocios o establecimientos habilitados y que se encuentren en buenas condiciones de higiene.
2- Corroborar que los pescados frescos mantengan la cadena de frío en heladeras o recipientes con hielo, y que no estén expuestos al sol o al aire libre.
3- Si adquiere pescados congelados, controle que se encuentren correctamente envasados y totalmente rígidos. Una vez descongelados, deben consumirse y no volver a congelarse.
4- Verificar la existencia de rótulos en los productos procesados; en el caso de enlatados, estos no deben estar abollados, oxidados e hinchados.
5- Separar los pescados y mariscos crudos de aquellos productos listos para consumir mientras se realiza la compra, en la heladera y durante la elaboración de los alimentos en el hogar.
6- Si va se va consumir empanadas ya cocidas, verificar que las mismas estén conservadas en refrigeración. Al momento de consumirlas, calentarlas completamente.
7- Si va a elaborar empanadas para la venta, adquirir las materias primas en establecimientos habilitados y exigir la documentación correspondiente para su comercialización.
8- Cocinar completamente los alimentos que va a consumir
En ninguna circunstancia debemos consumir pescado cuando:
– Tenga una consistencia blanda y floja. Una forma de comprobar esto es hacer presión con los dedos y ver si las marcas persisten.
– Presente pérdida del brillo metálico de la piel y formación de una viscosidad pegajosa sobre la superficie.
– Los ojos estén hundidos.
– Las branquias se tornen de color gris y negro verdoso. – Tenga olores extraños o anormales.