Un medicamento que ya se utilizaba combinadamente para tratar el cáncer de mama, demostró en un estudio clínico de fase 3 que, en asociación con otras drogas, es capaz de prolongar la vida de las personas que están atravesando el estadio metastásico de la enfermedad.
Estamos hablando del ribociclib, un inhibidor de la proteína quinasa que junto con una terapia endócrina (letrozol). Estos combinados extienden la vida de las mujeres por más de 5 años, según el estudio Monaleesa-2 presentado hoy en el marco del Congreso Anual de la Sociedad Europea de Oncología Clínica (ESMO por su sigla en inglés), que comenzó el jueves y tendrá lugar hasta el martes próximo.
Pocos años atrás, era impensado lograr este nivel de sobrevida de las mujeres con enfermedad en estadio metastásico, cuando ya están comprometidos otros órganos como los huesos, el hígado o los pulmones”, comentó Victoria Costanzo, Subjefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Instituto Alexander Fleming.
Además, son años de vida ganados con una muy buena calidad de vida, porque este esquema de tratamiento, al ser vía oral y como toda terapia dirigida, al tener menor toxicidad permite seguir llevando adelante sus tareas cotidianas, muchas veces trabajar o hacer actividad física”, agregó.
El estudio en cuestión evaluó los beneficios de ribociclib, en combinación con letrozol, versus placebo más letrozol, como primera línea de tratamiento en personas gestantes postmenopáusicas con un subtipo muy frecuente de cáncer de mama.
La combinación de ribociclib con letrozol determinó mejoras en la muestra estadística y clínicamente significativa en la sobrevida global, con una mediana de 63.9 meses versus 51.8.
Se demostró con análisis que con un seguimiento de más de seis años y medio, la diferencia en la mediana de mejora de la sobrevida fue de más de un año.
La función del Ribociclib es inhibir las quinasas dependientes de ciclinas 4 y 6, unas proteínas reguladoras del ciclo celular que promueven el crecimiento de este tipo de tumores; mientras que letrozol es un inhibidor de la aromatasa, una enzima implicada en la producción de estrógenos, que son unas hormonas sexuales femeninas que ayudan al tumor a crecer.
La sumatoria de un medicamento que bloquea las proteínas responsables del crecimiento del tumor, más otro que inhibe a la enzima productora de estrógenos, constituye la estrategia terapéutica de esta combinación.
Así como lo indican las proyecciones del Instituto Nacional del Cáncer (INC), se diagnostican en la Argentina cada año alrededor de 21.500 nuevos casos de cáncer de mama, lo que equivale en promedio a 60 diagnósticos por día.