Las consecuencias de los incendios en las sierras de Córdoba no se limitan a la flora y fauna de nuestra provincia, ni alcanzan únicamente a las poblaciones del interior, sino que también afectan al aire que todos respiramos. Según mediciones realizadas por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), entre el 1 de agosto y el 20 de octubre de 2020 se registraron altos niveles de contaminantes en el aire de Córdoba, en comparación al mismo período del año anterior.
El informe publicado por UNCiencia y elaborado en base a datos del satélite Sentinel-5p, de la Agencia Espacial Europea (ESA) -que escanea” toda la atmósfera de la tierra-, confirmó que las emisiones de los incendios forestales impactaron directamente en la calidad del aire que respiramos. Los contaminantes atmosféricos analizados fueron el dióxido de nitrógeno (NO2) y los aerosoles o materiales particulados en suspensión, tales como el hollín, la ceniza y el polvo.
De acuerdo a los registros publicados por UNCiencia, en zonas extensas del centro de nuestra provincia aumentó entre dos y tres veces la presencia de dióxido de carbono por efecto de las emisiones de los incendios. Detectamos un nivel de contaminación muy alto en los meses analizados, y una importante degradación de la calidad del aire, como consecuencia de la presencia de diversos aerosoles y de dióxido de nitrógeno a nivel de la tropósfera, la capa de la atmósfera donde se concentran los contaminantes”, explicó Fernanda García, investigadora de la Comisión Nacional de Actividades Aeroespaciales (Conae) y docente del Instituto de Altos Estudios Espaciales Mario Gulich (Conae-UNC).
El informe explicó que las concentraciones de dióxido de nitrógeno fueron particularmente altas en el norte y centro de los departamentos de Punilla, centro y este de Cruz del Eje, sur de Ischilín, oeste de Totoral, y norte y centro de Río Cuarto, donde el nivel de NO2 fue un 300% superior entre agosto y octubre de este año, que en igual período de 2019. Mientras que los valores de ese contaminante se duplicaron en el centro de los departamentos de San Javier y Santa María, y el sur de Calamuchita.
Pero además, García señaló que el deterioro de la calidad del aire impactó mucho más allá de la zona donde ocurrieron los focos de incendios, a varias decenas de kilómetros, llegando incluso al centro de nuestra ciudad debido a la acción de los vientos que dispersan el humo y transportan las partículas químicas, algo que confirmó otro informe la Universidad Tecnológica Nacional.
La investigadora alertó que los incendios forestales y las quemas actúan deteriorando no solo la calidad del aire sino también del agua, tanto a nivel local como regional y, consecuentemente, impactan en la salud de la población. A ello, se agregan los efectos del fuego en diversas dimensiones del medio ambiente, como la agricultura, el clima, y la dinámica y resiliencia de los ecosistemas.
En efecto, los contaminantes analizados son importantes no solo porque determinan la calidad del aire sino que más a largo plazo influyen de manera significativa en el calentamiento global que sufre el planeta. Según datos del Panel Intergubernamental por el Cambio Climático (IPCC), las emisiones producidas por incendios en el mundo aportan anualmente el 40% de monóxido de carbono, el 20% de dióxido de nitrógeno y el 35% de las partículas aerosoles, todos contaminantes de gran impacto para el aumento de la temperatura de la Tierra. El IPCC también estimó un aumento de la cantidad de dióxido de carbono (CO2) -el gas de efecto invernadero más importante- debido a la deforestación y al cambio de uso del suelo en el planeta.
El humo llegó hasta el microcentro de nuestra ciudad
Por efecto de los vientos, el humo de los incendios producidos en las sierras cordobesas llegó a pleno centro de nuestra ciudad, donde algunos días se respiró un aire cargado de cenizas y polvo (material particulado en suspensión), junto con otros contaminantes relacionados con el fuego. Así lo reveló el registro diario llevado a cabo por la Estación de Monitoreo de Calidad del Aire dependiente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), durante los meses de agosto, septiembre y octubre, donde se detectaron valores de concentraciones muy superiores al promedio.
Particularmente, el 25 de agosto, 24 de septiembre y el 7 de octubre se detectó un aumento importante de partículas muy finas en el aire (relacionadas con el material sólido de los incendios), junto con niveles variables de monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno. El 25 de agosto hubo un pico muy alto de concentración entre las 8 y 16 horas, y se debe a que, en ese momento, recibimos el aporte directo del incendio que se estaba produciendo hacia el norte de la ciudad”, indicó en la nota de UNCiencia Roberto Pepino Minetti, doctor en Ingeniería Química y director del Área de Ingeniería Ambiental del Centro de Investigación y Transferencia en Ingeniería Química Ambiental (CIQA) de la UTN. El experto agregó que el impacto de los focos se repitió también en otras jornadas de los meses analizados.
El 24 de septiembre no hubo un pico de concentraciones tan puntual como en agosto, pero sí fue muy extenso, abarcando todo el día, y días previos y posteriores. Ello se debe a que, entonces, los incendios no estaban focalizados en el norte de la ciudad, sino dispersos en distintas zonas del oeste y sur”, amplió y explicó que en octubre se observó una merma de aerosoles y niveles de concentración de contaminantes, como el óxido de nitrógeno, monóxido de carbono y material particulado.