Esta semana se publicaron los datos de las Pruebas Aprender 2024 y los resultados no son alentadores. En Lengua el 58% de los alumnos argentinos alcanzó los niveles esperados. En esta asignatura Córdoba obtuvo mejores resultados que el promedio nacional llegando al 65%. Mucho más preocupantes es lo que sucedió en Matemática, donde sólo el 14% de los estudiantes obtuvo resultados satisfactorios. Los cordobeses obtuvieron algunos puntos más para llegar hasta el escaso 20% de aprobados en esta materia.
Con este escenario de fondo, es un buen momento para recordar que la hora oficial en Argentina se encuentra desfazada respecto a la que le corresponde por ubicación geográfica.
Esto provoca que durante la mayoría del ciclo escolar, los estudiantes deban despertarse cuando aún es de noche e incluso comenzar su actividad en la escuela sin la presencia de la luz natural ya que el primer timbre suena minutos antes del amanecer.
En 2024 el diputado Julio Cobos presentó un proyecto en el Congreso Nacional cuyo objetivo es sincronizar el reloj oficial con la biología, pero lamentablemente no prosperó.
Si bien el bajo rendimiento académico es multicausal, los especialistas señalan que el desfasaje horario es un factor determinante.

Los antecedentes
Tal señalaron los investigadores del Conicet Diego Golombek y Andrea Pattini, en su “Informe Huso Horario oficial en Argentina y aprovechamiento de la luz natural” publicado en 2022, En 1894 se estableció la convención de referencias horarias basadas en el meridiano de Greenwich, a la que Argentina adhirió en 1920 con un huso horario de UTC -4; esto es, 4 husos horarios al oeste de Greenwich.
Este huso -4 es el que efectivamente atraviesa la mayor parte del territorio nacional, quedando una franja occidental sobre el huso -5.
Hacia 1930 se comenzó a alternar el huso -4 con un horario de verano en el huso horario -3, alternancia que se abandonó en 1970, estableciéndose como huso horario en todo el país el -3. En total hemos tenido unos 57 cambios de huso horario en el país, teniendo en cuenta las alternancias entre horario de invierno y de verano.
En varias oportunidades se avanzó hacia un horario de verano en el huso -2, que produjo grandes dificultades en la mayoría de las provincias. Además, hemos tenido algunos experimentos en que ciertas provincias (como San Luis) modificaron de manera independiente su huso horario, por las repetidas quejas de que se alejaban de su hora natural. Debido a tales situaciones, se dejó de realizar esta alternancia de horarios entre verano e invierno.
En definitiva, luego de haber comenzado con el huso horario adecuado geográficamente, actualmente el país se rige por la ley 26.350, (sancionada en 2007) que establece que la Hora Oficial Argentina es UTC -3 durante todo el año.

Efectos Biológicos
Nuestro cuerpo posee un «reloj interno» o ritmo circadiano, regulado principalmente por la exposición a la luz solar. Este ritmo controla funciones vitales como el sueño, la vigilia, la producción hormonal, el metabolismo y la temperatura corporal. Cuando la hora oficial no se alinea con la luz natural, se produce lo que se conoce como «desfase horario social» o «jet lag social».
En Argentina, durante el invierno, el sol sale mucho más tarde de lo que indica el reloj. Esto significa que millones de personas, especialmente niños y adolescentes que asisten a la escuela, se ven obligados a levantarse y comenzar sus actividades en la oscuridad.
En Córdoba particularmente debemos añadir que amanece unos 20 minutos más tarde que en Buenos Aires, por su posición geográfica, por lo cual los efectos son más notables.
Este escenario tiene consecuencias directas:
- Alteración del sueño: La exposición tardía a la luz matutina retrasa la producción de melatonina (la hormona del sueño) por la noche, dificultando conciliar el sueño a una hora adecuada. Esto lleva a una privación crónica de sueño, especialmente en estudiantes que deben levantarse temprano para ir a clases.
- Menor rendimiento académico: La falta de sueño impacta negativamente la concentración, la memoria, la capacidad de aprendizaje y el estado de ánimo. Un estudiante que llega a la escuela con sueño y en la oscuridad difícilmente podrá aprovechar al máximo la jornada educativa.
- Problemas de salud: La privación crónica de sueño y la desincronización del ritmo circadiano se asocian con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, trastornos del estado de ánimo (depresión y ansiedad) e incluso un debilitamiento del sistema inmunológico.
- Seguridad vial: Conducir o transitar en la oscuridad temprana de la mañana, en condiciones de somnolencia, aumenta los riesgos de accidentes.

Por qué atrasar la hora en invierno
Atrasar la hora oficial en Argentina, al menos en una hora, para alinearse con el huso horario -4 o incluso considerar horarios diferenciados por región, traería consigo una cascada de beneficios para toda la sociedad:
- Mejora de la salud pública: Al sincronizar el reloj social con el reloj biológico, se promovería una mejor calidad y cantidad de sueño en la población, lo que redundaría en una disminución de enfermedades crónicas asociadas al desorden circadiano.
- Mayor bienestar estudiantil: Los alumnos podrían levantarse con luz natural, lo que facilitaría el despertar y mejoraría su disposición para el aprendizaje. Esto se traduciría en mayor concentración, mejor rendimiento académico y una reducción del estrés escolar.
- Optimización del uso de la energía: Si bien el argumento histórico fue el ahorro de energía, un horario más alineado con la luz natural podría significar un menor consumo de iluminación artificial por la mañana, compensando posibles aumentos en otros momentos del día.
- Mejora de la seguridad ciudadana: La mayor presencia de luz solar en las primeras horas de la mañana contribuiría a una percepción de mayor seguridad en la vía pública para quienes se dirigen a sus trabajos o escuelas.
- Aumento de la productividad: Un mejor descanso y un mayor bienestar general en la población impactarían positivamente en la productividad laboral y en la calidad de vida.
“El retraso en el horario de inicio de las clases también resultó en incrementos significativos del promedio de calificaciones. En un estudio realizado en Argentina encontramos que los alumnos que presentaban un cronotipo alineado con su turno de clase tenían mejor desempeño en las materias, especialmente en matemática”, confirman Golombek y Pattini en su informe.