La justicia de Córdoba avaló, tras un extenso juicio, la identidad plena de Astrid Patiño Carabelli, la primera nieta recuperada en Córdoba en 1984. “Es crucial poder saber sobre el origen de cada uno y el sentido de muchas cosas de nuestra vida”, aseguró. Astrid remarcó que “recuperar la identidad que yo tenía hasta los tres años, en que fui secuestrada junto a mi mamá, es recuperar esa historia que quedó trunca y aunarla a una vida”.
La mujer invitó a imaginar lo que le pasaría a cualquier persona que, 40 años atrás, “tuviera un nombre, una familia, una fecha de cumpleaños, un número de documento y que de repente, eso dejara de ser así”. Sobre su secuestro, Astrid recordó: “Mi papá Omar Patiño) y mi mamá (Gabirela Carabelli) estaban separados, y cuando mi papá se entera que nos secuestraron, dejó todo y salió a buscarme”.
Eso sucedió el 3 de abril de 1976 y, luego de un año de búsqueda recorriendo el país lo secuestraron “por buscarme, con mi fotito en el bolsillo, el 28 de diciembre de 1977” y lo trasladan a La Perla, agregó. Finalmente, su papá fue asesinado el 4 de enero de 1978, contó Astrid, recuperada en Córdoba por Abuelas de Plaza de Mayo en 1984. Además, recordó que, en aquel momento, la Justicia dispuso “que se quedara con la familia que la adoptó”, quienes no eran militares “ni personas que buscaron robarse una niña”, aunque en ese entonces “no se hablaba” del tema.
“Fue muy difícil: ese silencio se prolongó durante muchísimo tiempo”, sostuvo y señaló que recién cuando comenzó a ir a la universidad se animó “a hablar y a preguntar”, para lo que resultó central el acompañamiento de Abuelas. “Me fui reencontrando con mi familia, con mi tía biológica, hermana de mi papá que le sobrevive”, relató en declaraciones a Canal 10. Al recordar ese momento, aseguró que “fue muy fuerte, porque encontró “gestos, miradas identitarios”, que le agregaron sentido a muchas cosas en su vida. “Es crucial poder saber el origen de cada uno y el sentido de muchas cosas de nuestra vida”, afirmó.