Los audios y mensajes que los rugbiers se enviaron entre sí mediante su grupo de whatsapp en los instantes posteriores al crimen de Fernando Báez Sosa, en los que hacen referencia a que la víctima «caducó», que la gente estaba «a los gritos» y que estaba «la policía» en la puerta del boliche «Le Brique» de Villa Gesell, fueron los protagonistas de la mañana de la séptima audiencia del juicio, en el que un funcionario judicial se encargó de reproducirlos junto a varias imágenes frente al Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores.
La evidencia era expuesta ante los jueces por el instructor fiscal de la Fiscalía General de Dolores Javier Pablo Laborde, quien a pedido de la fiscal de Instrucción 6 de Villa Gesell, Verónica Zamboni, se encargó de analizar el contenido de nueve teléfonos celulares desde los cuales los rugbiers mandaron mensajes y audios al grupo de whatsapp llamado «Del Boca3» y, algunos de ellos, tomaron imágenes del ataque y de los momentos posteriores.
Laborde, quien se convirtió en el testigo que hasta ahora más horas compareció ante el tribunal -ya que su testimonio comenzó ayer y continuaba hoy-, leyó esta mañana numerosos mensajes que en simultáneo fueron exhibidos en una pantalla colocada en la sala de audiencias, a la que miraban con atención tanto los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez, y los ocho rugbiers acusados.
«Le pegaron a uno»; «estoy yendo a la casa, vengan», «estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia… caducó», «chicos no se cuenta nada de esto, a nadie», fueron algunos de los mensajes que reprodujo Laborde frente a los jueces, además de fotografías de algunos de los imputados comiendo en un McDonald’s tras el crimen.
El instructor fiscal que analizó los teléfonos de los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa aseguró, que Blas Cinalli, el único imputado que no había sido mencionado en las seis audiencias previas, intercambió mensajes a través de whatsapp tras el homicidio, en los que aseguró «ganamos» y «los rompimos», en referencia a un grupo con el que habían tenido una supuesta pelea y cuando ya sabía que el joven atacado había fallecido.
Además, el mismo rugbier, en otro mensaje a un contacto no vinculado a la causa, expresó por escrito tras el asesinato: «Nos vamos a la playa. Previa en casa, vienen todas las gatas», «yo sólo quiero tomar vino y fumar flores».
Los mensajes fueron reproducidos hoy por el instructor de la Fiscalía General de Dolores Javier Pablo Laborde, quien estuvo a cargo de analizar el contenido de los teléfonos de nueve de los rugbiers inicialmente imputados en la causa.
En el caso del teléfono de Cinalli, el testigo leyó diversos mensajes enviados por el imputado a poco de que Fernando fuera asesinado a golpes.
«Nos peleamos. Ganamos contra unos chetos, los rompimos», escribió Cinalli en su celular a las 5.08.
Ante una pregunta del querellante Fernando Burlando sobre si al enviar esos mensaje Cinalli ya sabía que el joven estudiante de abogacía había muerto, Laborde confirmó que esas expresiones fueron escritas 13 minutos después de que este rugbier y el resto de los imputados recibieran en el grupo de whatsapp que compartían un texto del acusado Lucas Pertossi que dijo «caducó», en referencia al fallecimiento de Báez Sosa.
El testigo se remitió también a otro intercambio de mensajes telefónicos de la mañana del 18 de enero de 2020, cuando alguien le pregunta a Cinalli: «Qué onda Blas, se dieron masa?, a lo que el rugbier responde: «Sí, pero no digas que lo dije yo porque no sé si es heavy o no. Le dimos murra a uno con el ‘perto’, lo recargamos a palo, pero mal. Nos vinimos corriendo a la casa».
También se exhibieron mensajes en los que el mismo acusado dice que se están yendo a Mc Donalds, que están «corriendo» para que no los vean y en los que describe que a raíz del ataque cometido varios jóvenes quedaron heridos.
«Dos convulsionaron, uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales. Ahora estamos yendo a Mc Donalds a ver qué pasa», le dijo a un contacto, quien le respondió: «Son los demoledores».
Las pericias en los celulares de los rugbiers
Entre los teléfonos analizados en la investigación figura el iPhone 3 negro de Máximo Thomsen (23), quien se negó a entregar la clave de acceso; otros cinco teléfonos de la misma marca que pertenecían a Lucas (23) y Luciano Pertossi (21), Matías Benicelli (23), Alejo Milanesi (22) y Juan Pedro Guarino (21), cuyo equipo «7 Plus», de color negro, tenía la pantalla astillada y una funda de los All Blacks.
Los peritajes incluyeron también al Motorola G4 Plus de Enzo Comelli (22), quien fue señalado por testigos como uno de los que golpeó a Fernando; un Huawei perteneciente a Blas Cinalli (21), y el Huawei BLL23 gris con funda negra y pantalla astillada de Ciro Pertossi (22).
El único del grupo cuyo celular no fue localizado ni en el domicilio ni en los dos autos estacionados en la finca allanada fue el de Ayrton Viollaz (23), aunque tampoco forma parte del grupo «Del Boca3», en el que sí estaba el resto de los imputados, y también Juan Pedro Guarino (21) y Alejo Milanesi (22), los dos sobreseídos en la causa.
Los números corresponden a usuarios identificados como «Chano (Luciano), «Blas Croto» (Cinalli), «Mati Benicelli» (Benicellii), «Juampi» Guarino, «Alejo Milanesi», «Ciro Perto», «Machu (Thomsen), «Enzo Comelli», «Lucas Perto» y un joven apodado «Salvi», quien no fue identificado en la investigación.
El análisis que inició hoy Laborde al continuar con la declaración que había comenzado el lunes por la tarde, surge a partir de los datos obtenidos tras la extracción realizada por la Policía Federal en Mar del Plata.
El pedido de la defensa
Debido a la cantidad de material extraído de los artefactos, el defensor Hugo Tomei pidió que el análisis realizado se focalice en «conversaciones que sean útiles y directas» respecto del hecho analizado, y en ese sentido, la presidenta del tribunal, María Claudia Castro, pidió a la acusación que se centrara el contenido de los celulares «que sea conducente y relacionada con el objeto» del juicio.
En tanto, a instancias de una pregunta del abogado de la querella, Fernando Burlando, Laborde explicó que a partir de las 6.21 de ese 18 de enero de 2020 Ciro Pertossi googleó con su teléfono al menos siete veces en búsqueda de información sobre el hecho, con frases como «Pelea Villa Gesell» y «pelea Gesell».
La exposición de Laborde continuaba esta mañana y se espera que tras ella declaren la criminalista María Eugenia Cariac, convocada para brindar precisiones sobre la similitud entre la zapatilla Cyclone negra con suela blanca utilizada por el acusado Thomsen, y la huella en el rostro que presentaba la víctima.
A su vez, declararán María Luján Elvira Molina, quien intervino en las pericias para establecer las medidas de los pies de los imputados, y Haydeé Almirón, quien fue citada para referirse a la pericia scopométrica que comparó el dibujo de las suelas de los calzados secuestrados a los imputados con la huella hallada en el rostro de la víctima.
Según los voceros, la séptima jornada culminará con las declaraciones de Sandra Ana Moreno Rodríguez, testigo de una incautación realizada en la comisaría de Villa Gesell, y David Larrosa, quien presenció la toma de la impresión plantar de los acusados.