El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, ensalzaron sus esfuerzos por fortalecer su alianza antioccidental ayer en Kazajistán, al margen de una cumbre en la que también buscan aumentar su influencia en Asia Central. Putin y Xi se reunieron en Astaná, capital de la primera economía de Asia Central, donde se celebrará hoy la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Este bloque regional, dirigido por Beijing y que abarca Asia Central, India e Irán, está concebido como una plataforma de cooperación frente a organizaciones occidentales.
“Las relaciones ruso-chinas, nuestra asociación global y nuestra cooperación estratégica están atravesando el mejor momento de su historia”, afirmó Putin en unas declaraciones televisadas antes de la reunión bilateral.
La reunión entre Putin y Xi se produce un mes y medio después de que el mandatario ruso viajara a China para buscar más apoyo en su guerra en Ucrania.
En unas breves declaraciones de apertura de la reunión, Xi le dijo a Putin que Moscú y Beijing necesitan seguir “manteniendo la aspiración original de amistad” bilateral “ante la turbulenta situación internacional”.