En la tradicional conferencia de prensa que concedió en el avión que lo trajo ayer de regreso de su viaje a las secularizadas Luxemburgo y Bélgica, el papa Francisco denunció el feminismo “exagerado” y no ocultó el fastidio que le provocó que el sábado, en una virtual puñalada por la espalda, la universidad católica de Lovaina deplorara sus “posiciones conservadoras” sobre el papel de la mujer en la sociedad.
En un comunicado que sorprendió a todos, la prestigiosa universidad católica -cuyo 600 aniversario fue el motivo principal del viaje a Bélgica-, cuestionó su visión “reduccionista” de la mujer por destacar en un discurso su maternidad, fecundidad y cuidado.
“En primer lugar, esta declaración se hizo en el momento en el que yo hablaba. Estaba hecha de antemano y esto no es moral”, dijo Francisco, según la transcripción de la rueda de prensa del portal del Vaticano. Además, subrayó que lo que dijo en su discurso no era ninguna novedad, sino algo dicho en muchísimas otras oportunidades a lo largo de sus más de 11 años de pontificado.
Por otro lado, en el estadio en el que 40.000 personas lo aclamaron, el papa llamó a todos de un modo enérgico a no encubrir las violencia y agresiones sexuales en el ámbito de la Iglesia belga.
“No hay lugar para el abuso. No hay lugar para el encubrimiento. Les pido a todos que no encubran el abuso, les pido a los obispos que no encubran los abusos y condenen a los abusadores”, dijo Francisco. “El mal no puede ser escondido. El mal debe ser puesto al descubierto y que el abusador sea juzgado, aunque se trate de un laico, una laica o un obispo”, agregó.