El Movimiento Inquilino Nacional llevará a cabo, en la jornada de mañana, una manifestación denominada “inquilinazo” en respuesta a la situación que enfrentan los inquilinos en Argentina. La agrupación denuncia que pesar del aumento de la oferta de inmuebles, la desregulación de la ley de alquileres por parte del Gobierno nacional colocó a miles de familias en un círculo vicioso de contratos abusivos y alquileres desorbitantes. La manifestación será a las 19 frente al Patio Olmos.
Maximiliano Vittar, representante de Inquilinos Córdoba, destacó que “el aumento de la oferta no generó mejores condiciones y el salario no aumentó”, subrayó que muchos inquilinos solo trabajan para cubrir los costos de alquiler, impuestos y servicios. “Hoy, una persona que integra una familia de dos trabaja solo para pagar el alquiler, y si vive sola, elige entre comer o tener un techo”, agregó. La situación se agrava en medio de un contexto de creciente inflación y deterioro de los salarios. Según un estudio de Eduardo Chávez Molina y José Rodríguez de la Fuente, del Instituto Gino Germani, el 30% de los asalariados en blanco son pobres, mientras que el 70% de los trabajadores informales se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
En el marco de esta manifestación, los inquilinos exigirán condiciones dignas y justas durante su protesta. Vittar advirtió: “Ya no es una crisis habitacional, sino una violencia habitacional lo que viven las familias que alquilan, porque es una angustia muy fuerte”. Desde el sector inmobiliario, datos del Monitor de Actividad Inmobiliaria elaborados por la consultora Economic Trends para el Colegio Profesional de Inmobiliarios (CPI) apuntan que la oferta de viviendas en alquiler sigue en aumento, con un incremento del 46,3% en agosto en comparación con el promedio de septiembre a diciembre del año anterior, y un salto del 50,7% en septiembre.
“Esta crisis habitacional no es solo un problema económico, sino también un atentado contra los derechos humanos fundamentales, como el derecho a un techo digno y el acceso a alimentos y servicios básicos de los grupos más vulnerables como lo son las infancias, mujeres y personas adultas mayores/jubiladas”, remarcó el Movimiento Inquilino Nacional.
Producto de eso, “logramos que haya renegociaciones, pero muchas renegociaciones no se dan, y eso se da en un marco que, indefectiblemente, se tiene que rescindir el contrato con los costos que eso conlleva y el desgaste mental”, subrayó Vittar. “Es imperioso avanzar en la construcción de soluciones integrales que protejan a quienes alquilan, promoviendo contratos justos, acceso a la información y la creación de mecanismos que aseguren condiciones adecuadas de vivienda para todos”, agregó.
Las organizaciones inquilinas del país reiteran su reclamo sobre la necesidad de un Estado comprometido y de políticas públicas que equilibren la desigualdad entre inmobiliarias, propietarios y familias inquilinas, ante una situación que cada vez se torna más crítica para el sector más vulnerable.