«Muestras de restos mortales llegaron en un vuelo humanitario desde las Islas Malvinas a Córdoba donde serán analizados por el Laboratorio de Genética Forense del EAAF a fin de intentar identificar a combatientes argentinos exhumados la semana pasada», informó el CICR en su cuenta de Twitter.
Las muestras llegaron en un vuelo privado, de carácter humanitario, a cargo de la empresa Aeropuertos Argentina 2000, del empresario Eduardo Eurnekian, que colabora hace años con los familiares de los caídos en la guerra de Malvinas.
El titular de la Unidad Forense del CICR, el argentino Luis Fondebrider, fue el encargado de trasladar las muestras, que llegaron cuidadosamente embaladas.
La semana pasada, en una conferencia de prensa virtual desde las Malvinas, Fondebrider confirmó que los restos de cinco excombatientes fueron exhumados de una tumba colectiva en el cementerio de Darwin, en el marco de los trabajos de identificación que se comenzaron días atrás.
En el laboratorio forense de la ciudad de Córdoba, se realizarán los procesamientos y cruzamientos de información entre los perfiles genéticos de las muestras y las ya aportadas por familiares, en un trámite que podría extenderse durante 2 o 3 semanas.
El laboratorio se encuentra altamente especializado en la identificación de restos sin identidad y en el procesamiento de muestras óseas críticas y de larga data, y desarrolla las tareas con tecnología de última generación de la biología molecular para procesar muestras de referencia (de familiares) y muestras dubitadas (de restos sin identificar).
En ese mismo laboratorio, se identificaron los restos de 115 soldados de Malvinas en la primera parte del proyecto humanitario en 2019, así como de la víctima 85 de la AMIA, y desparecidos de la última dictadura militar, entre muchos otros casos.
Desde 2006 se han procesado casi 4.000 muestras óseas de posibles desaparecidos o restos no identificados y más de 11.000 muestras, mientras que más de 800 personas lograron ser identificadas.
El avión que trasladó las muestras -un Learjet 60 de la empresa IMAS Group, contratado por AA2000- despegó esta mañana desde el aeropuerto de San Fernando, con destino a la aeroestación de Mount Pleasant, en las islas, donde se embarcó Fondebrider y se dirigió en un vuelo directo hacia la capital cordobesa, donde aterrizó a las 14.10.
En el avión también fueron trasladadas a las islas tres placas para ser colocadas en el cementerio de Darwin: son las correspondientes a Néstor Osvaldo Pizarro, Ramón Antonio Meza y Juan Carlos Baldini, cuyos restos fueron identificados en el proyecto humanitario del 2019.
Los trabajos de campo en Darwin se desarrollaron cuatro años después del primer proyecto, que permitió identificar a 115 soldados argentinos gracias a las muestras de sangre aportadas por sus familiares, luego de haberse exhumado 122 cuerpos de 121 sepulturas.
A diferencia del trabajo realizado en 2017, cuando fueron exhumadas las tumbas no identificadas, con la denominación «Soldado argentino solo conocido por Dios», en este caso la labor se centró solo en una tumba colectiva –la denominada C 1 10- ubicada en Darwin, cerca de la cruz mayor que preside el camposanto.
Esta tumba múltiple no había sido incorporada en el primer proyecto ya que no se trataba de una sepultura anónima: una placa colocada en 2004, cuando el cementerio fue remodelado, consignaba que en esa fosa se encontraban los restos del alférez de Gendarmería Julio Sánchez, y de los soldados de Fuerza Aérea Héctor Aguirre, Luis Sevilla y Mario Luna.
Pero, cuando hace cuatro años se exhumaron las tumbas anónimas, se comprobó que esos tres soldados se encontraban enterrados en otras tres sepulturas individuales que habían permanecido anónimas hasta ese momento, por lo que se hizo necesario esclarecer la identidad de los restos sepultados en la tumba C 1 10.
El informe realizado por el coronel británico Geoffrey Cardoso, que fue el encargado de recoger los cuerpos en 1982 y darles sepultura, daba cuenta de que en esa tumba múltiple colocó los restos encontrados tras la explosión de un helicóptero de Gendarmería, ocurrida el 30 de mayo de 1982 en Monte Kent.
El equipo del CICR también realizó trabajos en otra zona de las islas, denominada Caleta Trullo, para investigar la posible existencia de otros restos, a partir de una denuncia de un excombatiente británico, pero los resultados de las excavaciones dieron negativo.