Cuatro días después de la derrota contra Francia en el debut del Mundial de rugby, Argentina trata de levantarse y tanto jugadores como staff técnico hablan de que ese revés no genere desconfianza y que deben seguir creyendo en la clasificación a cuartos de final, que pasa por ganar los tres próximos partidos, el sábado ante Tonga, el 5 de octubre contra Inglaterra y cuatro días después frente a Estados Unidos.
“El partido contra Francia ya pasó. Hay que dar vuelta a la página, corregir lo que se hizo mal. Ahora tenemos que arrancar fuerte contra Tonga que es un rival recontra duro”, afirma uno de los pilares argentinos, Nahuel Tetaz Chaparro.
Nicolás Fernández Miranda, ayudante y mano derecha del seleccionador argentino, Mario Ledesma, añade el término responsabilidad y huye de la palabra presión, tras haber perdido un partido tildado de decisivo. “Somos el equipo argentino, llevamos la camiseta de los Pumas. Es una responsabilidad, pero no sentimos una presión sino que la presión es dar todo, prepararse de la mejor manera, dar el máximo, y mirarnos a los ojos y decirnos, hicimos lo que practicamos, hicimos lo que hablamos y esa es nuestra presión” explicó.
El Negro levantó la mano
El primer entrenamiento de los Pumas en Osaka dejó algunas pistas de lo que podría ser el equipo titular ante Tonga. Mario Ledesma realizó algunas modificaciones en la práctica realizada en las instalaciones de Red Hurricanes Training Ground. Las mismas incluyeron al cordobés Santiago Carreras entre los quince titulares. El jugador del Athletic remplazaría a Ramiro Moyano y estaría desde el arranque. Además, Julián Montoya y Benjamín Urdapilleta irían por Agustín Creevy y Nicolás Sánchez.
Los árbitros están fallando
World Rugby, la federación internacional de este deporte, reconoció problemas de arbitraje, que no se corresponde a los estándares establecidos, en los primeros partidos del Mundial de Japón, señalando especialmente errores en la comunicación. World Rugby reconoció “algunos problemas provocados por la utilización de herramientas tecnológicas y una comunicación deficiente entre los miembros del cuerpo arbitral que ha influido en la toma de decisiones”.