Louise Fischer, periodista de Radio4 de Dinamarca, revolucionó a la audiencia con una cobertura participativa en un club swinger de ese país. En la grabación se escucharon gemidos, frases hot y una noche de sexo descontrolada que fue transmitida en radio ayer a las 8 de la mañana.
Lentamente, la pandemia empieza a retroceder en Europa y, sin tantas restricciones, la industria de la diversión nocturna retoma su normalidad. Entre estos sitios se encuentran los clubes de encuentros swingers, en los que las parejas comparten a sus amantes. Hacia uno de ellos fue Louise, que quiso mostrar desde cerca cómo se vive y disfruta la reapertura de estos centros en los que la pasión tiene total libertad.
Tras una larga temporada cerrados por culpa del COVID, la vuelta fue intensa y el informe de la cronista sorprendió a todos. Es que puso el cuerpo para mostrar los secretos de un mundillo que se mantiene en las sombras. Escucharla teniendo sexo generó revuelo, pero a su vez su tarea fue muy alabada por sus jefes y compañeros.
«Me parece que está muy bien que nuestros reporteros intenten experimentar el periodismo de forma diferente», declaró Tina Kragelund, responsable de programas de Radio 4. «Uno siempre puede hacer lo que los oyentes esperan, pero también sorprenderlos y darles nuevos enfoques y hacerlo de forma novedosa», explicó.
Para evitar mayores conflictos, el informe estuvo precedido por un mensaje de advertencia del conductor, que precisó que durante el reportaje se escucharían sollozos propios del acto sexual. De todos modos, la polémica fue inevitable. Hubo quejas y críticas, aunque la periodista explicó que lo hizo para retratar la intimidad de estos clubes exclusivos y muy herméticos, que se mantienen casi en la clandestinidad para evitar la condena social.
Durante su visita al club de sexo, a la periodista le explicaron, en primer lugar, las reglas del establecimiento. Luego, la reportera les preguntó a los clientes, mientras practicaban sexo, cómo se sentían al poder volver al club, que está situado a las afueras de Copenhague. «Cuando nos encontramos con los entrevistados en el club swinger, les dije que quería escuchar lo que hacían, y luego se ofrecieron a mostrar lo que es ser swinger». A continuación, la reportera decidió dar el paso y comportarse como una clienta más.
Louise se sumó al encuentro sexual y allí decido hacer la entrevista, mientras «todo» sucedía. «¿Puedes describir qué estas viendo ahora mismo?», se la oye preguntar a su pareja sexual, entre sonidos bastante explícitos y comentarios subidos de tono.
«Hice las consideraciones de que el entorno swinger es un entorno muy cerrado, y también sabía antes de venir que no obtendría la información completa. Al menos debería crear una especie de confianza y credibilidad entre ellos y yo», dijo Louise.
Ella explicó que es una mujer muy liberal y que antes de las grabaciones no tenía en claro si debería tener sexo mientras visitaba el club swinger «Swingland», ubicado en la localidad de Ishøj. Lo haría si quisiera, y «tenía sentido».