Un estudiante de medicina en Nigeria salió corriendo de su clase de anatomía después de reconocer un cadáver que le pidieron que diseccionara: era su mejor amigo.
Enya Egbe, de 20 años, practicaba anatomía en la Universidad de Calabar con otros estudiantes. Allí había tres cadáveres para diseccionar, ubicados en tres mesas distintas.
Pero en un momento, Egbe gritó y corrió: había reconocido a Divine, su mejor amigo, como uno de los cadáveres. Ambos habían forjado una amistad durante los últimos siete años.
Tenía dos agujeros de bala en el lado derecho de su pecho”, dice con dolor Enya. Oyifo Ana, otra estudiante de la clase, siguió a Egbe fuera del aula y lo encontró llorando afuera.
Egbe quedó tan impactado al ver el cuerpo de su amigo, que abandonó sus estudios durante semanas, imaginando a Divine de pie junto a la puerta, cada vez que intentaba entrar a la sala donde se impartía la clase de anatomía.
Egbe se puso en contacto con la familia de Divine, que había recorrido diferentes comisarías para tratar de encontrar al joven, después de que él y tres amigos fueran arrestados por agentes de seguridad.
La familia de Divine finalmente pudo recuperar cuerpo. El impactante descubrimiento en la clase de medicina marca la falta de cadáveres disponibles en Nigeria para estudiantes de medicina y lo que les puede suceder a las víctimas de la violencia policial.
Se logró que algunos de los oficiales involucrados en el asesinato de Divine fueran despedidos.