Finalmente, la Cámara Séptima del Crimen de Córdoba sentenció en la causa por la muerte de Mateo Aguirre, y confirmó las condenas condicionales para Domingo Nahuel Ghione y Axel Gastón Pérez. La audiencia se extendió hasta las 19:00 de ayer con la lectura del dictamen que estableció las penas acordadas por el fiscal de Sergio Ruiz.
Pese al reclamo por parte de la querella, el tribunal le dio tres años de prisión en forma de ejecución condicional a Ghione por “homicidio culposo agravado” y “conducción peligrosa”; y un año y medio de prisión condicional a Pérez por “conducción peligrosa”. Sin embargo, los efectivos policiales, Javier Maidana y Omar Pucheta, que estaban involucrados por “encubrimiento” e “incumplimiento de deberes de funcionario público” recibieron penas de prisión efectiva. Mateo Aguirre fue atropellado en el marco de una picada automovilística en 2016 en la localidad de Villa Santa Rosa Primero.
En el desarrollo del juicio, el abogado querellante Esteban Papagenadio solicitó la nulidad del acuerdo establecido por el fiscal y los acusados por falta de fundamentación, y pidió el cambio de caratula a “dolo eventual” con penas de cumplimiento efectivo de 10 años para ambos jóvenes acusados. “Nosotros entendemos que existía un homicidio simple con dolo eventual. No de manera teórica, por la prueba que pasó por el juicio y que constaba en el expediente”, explicó el letrado. Sin embargo, el tribunal actuante, integrado por José Luís Cesano, Patricia Sosa y Ana María Lucero Offredi, rechazó el planteamiento y prosiguió a aceptar el acuerdo de juicio abreviado solicitado por el fiscal.
Previo al veredicto, la madre de Mateo, Soledad Zanna, tuvo la oportunidad de dar su última palabra y leyó una conmovedora carta escrita por la hermana menor de la víctima. “Cuando voy caminando por la calle y me cruzo a alguno de sus amiguitos o cuando veo un grupo de niños que tienen la edad de Mateo, me lo imagino entre ellos, riendo y jugando como siempre hacía”, escribió la joven que ahora tiene 17 años.
Y en el escrito, agregó: “Siento que me quedaron muy pocas cosas de Mateo, a veces abro su placar y me pongo a buscar como queriendo encontrar algo que me acerque más a él”. “Es un dolor inexplicable el saber que nunca más vas a verlo, escuchar su voz, escuchar su risa y ese ruido que él hacía con la lengua, no va a estar más al lado mío comiendo todos los días, no pude verlo con el uniforme del secundario ni haber compartido el momento de ir y volver juntos del colegio. Por todo esto que me quitaron, no solo a mi sino a mis padres y a toda mi familia quiero que se haga justicia, porque Mateo como niño y hermosa persona que era, inocente y bueno, se lo merece”, finaliza la carta.