LONDRES.- El primer ministro británico, Boris Johnson, ensayó ayer su jugada más arriesgada en pos de garantizar la posibilidad de un Brexit duro, al decretar la suspensión de la Cámara de los Comunes, aprobada por la reina Isabel II.
“En el día de hoy, su majestad ordenó que el Parlamento sea suspendido no antes del 9 de septiembre y no después del 12 de septiembre hasta el 14 de octubre”, informó el reino británico. La medida busca neutralizar un acuerdo alcanzado el martes por la oposición para aprobar una ley que impida la salida del bloque europeo sin acuerdo.
El Parlamento vuelve de su receso veraniego el próximo martes y ahora tendrá entre seis y diez días para proponer, debatir y aprobar la norma, plazo casi imposible de cumplir para la compleja mecánica parlamentaria británica. El anuncio mereció una condena unánime de la oposición, con el rechazo de encumbrados conservadores, la renuncia de la líder Tory de Escocia, manifestaciones en todo el país y una caída de la libra frente al euro y el dólar.
“Es un escándalo y una amenaza a nuestra democracia”, dijo el líder laborista Jeremy Corbyn.