BOGOTÁ.- El anuncio del regreso a la lucha armada de una fracción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) abrió un horizonte de gran incertidumbre en el país latinoamericano, con una sola certeza: el recrudecimiento de la violencia política que vendrá. El propio presidente Iván Duque lanzó el día posterior un operativo que terminó con la muerte de nueve integrantes de las fuerzas disidentes, mientras que ayer rechazó la intención de diálogo expresada en las últimas horas por los jefes de la nueva guerrilla.
Iván Márquez, Jesús Santrich y el “Paisa” aseguraron en efecto el sábado que están abiertos al diálogo siempre y cuando haya una asamblea constituyente. “Esperamos que en el futuro podamos encontrarnos nuevamente bajo circunstancias en las que la contraparte (el Estado) actúe sin la perfidia con que lo hizo en este frustrado intento de reconciliación que se volvió trizas”, aseveraron los jefes guerrilleros en una misiva en la que volvieron a adjudicar su decisión de romper la paz a una traición del Gobierno a sus compromisos sellados en el pacto de paz de 2017.
Sin embargo, el presidente Duque rechazó ayer el convite al aseverar que “no es nada distinto a quienes quieren nuevamente gozar de beneficios para eludir lo que ya se ha hecho evidente por parte de la acción coordinada de la justicia: ellos son narcotraficantes”. Duque aseguró que las Fuerzas Armadas combatirán a quienes no respeten los acuerdos de paz y “pretendan amenazar a la sociedad con su regreso, presentándose como una nueva guerrilla, aunque en realidad es una cuadrilla de narcotraficantes y los vamos a derrotar con todo el peso del Estado”.
El viernes mismo, de hecho, Duque lanzó una operación militar a gran escala en el sur del país que acabó con nueve guerrilleros muertos, horas después de que Márquez anunciara su desafío al acuerdo de paz. La operación militar, que incluyó bombardeos aéreos, fue seguida de distintas advertencias de las autoridades civiles y militares de Colombia contra los grupos guerrilleros que alcanzaron repercusiones internacionales: el general Luis Fernando Navarro llegó a afirmar que Márquez y los ex jefes de las Farc que lo secundan están en Venezuela y cuentan con el apoyo de Nicolás Maduro, lo que abrió un nuevo frente de tensión con el país centroamericano, en una de las fronteras más calientes del continente.
Venezuela denunciará a Colombia
CARACAS.- “Resulta insólito que Iván Duque, con absoluta desfachatez, pretenda desplazar hacia terceros países y terceras personas, su exclusiva responsabilidad en el planificado desmontaje del proceso de paz y el cumplimiento de los compromisos asumidos y firmados por el Estado colombiano”, respondió el gobierno venezolano ante las acusaciones del mandatario colombiano en su contra por amparar a la nueva guerrilla de las Farc. Pero el régimen de Nicolás Maduro fue ayer más allá y anunció que presentará ante la ONU “pruebas contundentes sobre la protección y amparo del presidente Duque a grupos terroristas, entrenados y armados en Colombia para, con su anuencia, atentar contra nuestro orden constitucional, en violación de la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad” del organismo internacional.