LA PAZ.- Una nueva jornada de conflicto y violencia se vivió ayer en Bolivia tras el golpe cívico militar que desencadenaron los líderes opositores Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. La acefalía en la que quedó sumido el país provocó disturbios en La Paz y El Alto y se esperaba que el conflicto recrudeciera en las próximas horas con la llegada, a la capital del país, de cientos de seguidores del ex presidente. El caso de mayor resonancia se produjo el domingo en Cochabamba, en una de la viviendas que posee el presidente depuesto, Evo Morales. De acuerdo con las imágenes replicadas en medios nacionales, la casa fue saqueada y destruida.
Ataques similares a funcionarios del oficialismo ya habían sido denunciados por el ex mandatario durante la conferencia de prensa en la que también explicó los motivos de su renuncia. De hecho, Morales aseguró que decidió alejarse del Ejecutivo para que Mesa y Camacho dejasen de atacar a los funcionarios del oficialismo y a sindicalistas.
Además, el ex mandatario había denunciado que existía una orden de la Policía Nacional de Bolivia para detenerlo. La orden fue atribuida a Yuri Calderón, quien se desempeñó hasta ayer como comandante nacional de la Policía. No obstante, el uniformado desconoció la orden y luego presentó su renuncia. Calderón cobró relevancia en los últimos días luego de que la policía se amotinara en varias ciudades de Bolivia, lo que permitió el paso de masivas marchas por los centros urbanos, y precipitó la caída de Morales.
Cabe recordar que el ex mandatario no sólo depositó la responsabilidad de su devenir en la Policía Nacional de Bolivia. También apuntó contra Mesa y Camacho, quienes intentaron ayer desmarcarse de las acusaciones. “No hubo golpe de estado y Evo Morales rompió la línea de sucesión intencionalmente”, sostuvo Mesa. “No tumbamos gobiernos, liberamos un pueblo en la fe”, aseguró por su parte Camacho, quien irrumpió en el Palacio del Quemado con una bandera, una biblia y la carta de renuncia que esperaba firmase Morales.
Mientras los destrozos se reproducían en diferentes puntos del país, también lo hacían las manifestaciones a favor de Morales. “Agradezco a nombre de mi pueblo las muestras espontáneas de apoyo a nuestro gobierno democrático que fue derrocado por el golpe cívico-político-policial que ha instaurado en Bolivia un régimen de facto apoyado en la violencia y la represión”, afirmó el ex presidente.
Pese al pedido de Evo, la tensión escalaba al cierre de esta edición. El comandante general de las Fuerzas Armadas, Willams Kaliman, quien le sugirió a Morales su renuncia, anunció la realización de operaciones conjuntas con la Policía Nacional. Pocos minutos después, vehículos militares comenzaron a desfilar por las calles de la capital boliviana.
Mientras tanto, la conducción del país continuaba en duda por la renuncia de las principales autoridades de Poder Ejecutivo y de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia. La segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, la opositora Jeanine Añez, podría asumir el mando con el objetivo de llamar a elecciones. “Creo que los bolivianos no merecemos esto. Le debemos certidumbre a la gente. Por lo tanto, si hay acompañamiento de las organizaciones civiles yo voy a asumir, pero si se decide otra vía u otro camino también lo voy a aceptar”, dijo entre lágrimas la legisladora.
Finalmente, con algunas importantes excepciones, los principales líderes mundiales se solidarizaron ayer con el ex presidente Morales. Se destacaron las declaraciones del Gobierno mexicano, que ofreció asilo al ex mandatario. De hecho, a última hora, Morales anunció su salida de Bolivia. “Hermanas y hermanos, parto rumbo a México”, escribió en las redes sociales. “Pronto volveré con más fuerza y energía”, finalizó.
México dio asilo político por “razones humanitarias”
El gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador le concedió ayer el asilo político a Morales tras su renuncia el pasado fin de semana a la presidencia de Bolivia en medio de presiones de las Fuerzas Armadas y sectores de la oposición. Fue confirmado por el canciller mexicano, Marcelo Ebrad, en el marco de una declaración pública. “México ha decidido concederle el asilo por razones humanitarias; en Bolivia, su vida y su integridad corren peligro”, dijo el canciller. Además, desde el Gobierno le comunicaron a la Cancillería de Bolivia que, bajo el derecho internacional, proceda a otorgar el correspondiente salvoconducto “así como las garantías de que la vida e integridad personal y libertad del señor Morales no serán puestas en peligro”. Horas atrás, el canciller, rechazó lo que llamó un golpe de Estado en Bolivia y la “operación militar en curso”.
Marchan hasta la capital boliviana
Los disturbios en las principales ciudades de Bolivia continuaron ayer, en medio de una jornada marcada por la tensión que comenzó a generar la llegada a La Paz de simpatizantes del ex presidente Morales. Las cámaras pudieron captar a cientos de personas desplazándose de El Alto, bastión del ex mandatario, hacia la capital de Bolivia (foto), donde se esperaba recrudecieran los conflictos y enfrentamientos. Pese al pedido expreso de Morales por las redes sociales, los manifestantes coreaban consignas en su defensa. En este contexto, la Policía Nacional se preparaba para lo que consideraban podría llegar a ser una “ola de violencia”.
La OEA pide una “acción urgente” y llamar a nuevos comicios
LA PAZ.- Tras la renuncia del presidente Morales, la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) rechazó cualquier salida inconstitucional del conflicto y llamó a la pacificación y al respeto del Estado de Derecho. En un comunicado difundido por las redes sociales el organismo solicitó que “se reúna de forma urgente la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia a los efectos de asegurar el funcionamiento institucional y nombrar nuevas autoridades electorales que garanticen un nuevo proceso electoral”.
Además, señaló que resulta importante que “la Justicia continúe investigando las responsabilidades existentes respecto a la comisión de delitos vinculados al proceso electoral celebrado el 20 de octubre hasta las últimas consecuencias”. Cabe recordar que la OEA realizó una auditoría del proceso electoral celebrado el 20 de octubre pasado y detectó serias irregularidades en el escrutinio. De hecho, las protestas en Bolivia estallaron la misma noche de las elecciones presidenciales por la suspensión repentina de la transmisión de los resultados oficiales justo cuando obligaban a una segunda vuelta entre Morales y Mesa.
Sin embargo, cuando se dieron a conocer los resultados del informe de la OEA, el domingo pasado, el ex mandatario convocó a elecciones y anunció que renovaría todas las autoridades de Tribunal Supremo Electoral (TSE). Horas después, presionado por las Fuerzas Armadas, decidió renunciar a su cargo. Consumado el golpe, la Policía detuvo el mismo domingo a la hasta ahora presidenta del TSE, María Eugenia Choque, y al que fuera su vicepresidente, Antonio Costas. También detuvieron a 25 presidentes y vocales de los diferentes tribunales electorales departamentales.