El presidente de Bolivia Evo Morales llegó esta tarde a México en condición de asilado político, dos días después de su forzada renuncia tras casi 14 años en el gobierno. “Le damos la bienvenida a Evo y su comitiva. Es un día de alegría porque el asilo que se ha ofrecido ha sido efectivo y está en tierras mexicanas donde gozará de libertad, seguridad e integridad”, dijo Marcelo Ebrard el canciller de México y le cedió la palabra a Morales.
“Muchas gracias por el saludo del hermano canciller de México y a toda la delegación. Estamos con el hermano Álvaro García Linera, hasta hace dos o cuatro días vicepresidente del Estado Plurinacional y de la ministra de Salud”, expresó Evo.
“Luego del triunfo en primera vuelta empezó el golpe de Estado estando a tres semanas y la última etapa lamentablemente al golpe político cívico se sumó la policía nacional. Los resultados saben exactamente en estas tres semanas quemaron tribunales electorales, ánforas, actas de las elecciones, quemaron cedes sindicales, quemaron casas de nuestras actividades de los movimientos socialistas y por la soberanía de los pueblos. Quemaron y saquearon la casa de mi hermana, saquearon mi casa en Cochabamba intentaron quemarla pero no lo hicieron gracias a la defensa de mi pueblo”, sostuvo Morales poco después de tocar suelo, a las 14 de Argentina, en el aeropuerto Benito Juárez, adonde llegó después de un accidentado viaje con una escala en Paraguay a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana y acompañado por el ex vicepresidente Álvaro García Linera y una pequeña comitiva.
“Con amedrentamientos y escarmientos hicieron renunciar a dos alcaldes, de Sucre y Potosí, el gobernador del departamento de Potosí no renunciaron por cobardes si no por represalias con su familia, secuestros para que los dirigentes sindicales renunciaran”, comentó. “Quiero decirles que para que no haya más hechos de sangre ni enfrentamiento decidimos renunciar. Quiero decirles que estamos agradecidos porque el presidente de México me salvó la vida”.
En su relato, Morales detalló que “el 9 de noviembre, sábado cuando llegaba a Cochabamba un miembro del equipo de seguridad, del ejército me informó y me hizo leer mensajes, me comentó llamadas que le pidieron que me entregara a cambio de 50 mil dólares, un día antes de nuestra renuncia. Por eso digo que estamos muy agradecidos porque me salvó la vida”.
“Quiero decirles a los movimientos sociales y militantes que parte del proceso de liberación, a los seguidores, los ministros que no renunciaron; a mis hermanos del pacto de unidad, quiero decirles a mis compañeros del Trópico que hasta el último momento nos dio seguridad. Y también quiero decirles, hermanas y hermanos que mientras tenga la vida seguimos en política, mientras tenga la vida, sigue la lucha, y estamos seguros que los pueblos del mundo tienen todo el derecho de liberarse. Pensé que habíamos terminado con la opresión con la humillación, con la discriminación, pero surge otros grupos que no respetan la vida y menos a la patria, será parte de las luchas programáticas culturales y sociales”, afirmó.
“Hermanas y hermanos si algo de delito tengo es ser indígena Evo. Si algo de pecado tenemos con el vicepresidente es que hemos implementado problemas sociales para los más humildes, buscando la igualdad y la justicia. Estoy convencido de que sólo habrá paz cuando se garantice la justicia social. Si en algo he pecado es que soy ideológicamente somos antiimperialistas”.
“Que sepan el mundo entero, no por este golpe voy a cambiar ideológicamente, hemos reducido bastante el tema de la pobreza en especial. Pero es una lección más aprender y para fortalecer la lucha de los pueblos en Bolivia y quien sabe en el mundo”, dijo el presidente saliente.
“Hermanas y hermanos muchas gracias, al presidente, al gobierno, estamos contentos, lo más importante es estar con vida que me permite seguir al lado del pueblo boliviano”.