PARÍS.- La cuarta jornada de protesta nacional contra la reforma jubilatoria del presidente francés, Emmanuel Macron, congregó a cientos de miles de personas en todo el país. Si bien su intensidad decreció con el paso del tiempo, la medida que afecta el servicio de transportes llegó a su 36º día consecutivo. En paralelo a la huelga permanente e indefinida en los transportes públicos, desde el 5 de diciembre se organizaron jornadas de manifestaciones y huelgas en otros sectores como la educación.
Mientras tanto, el gobierno de Francia intentaba ayer reanudar las negociaciones con el sindicalismo. Las autoridades gubernamentales confían en que la pérdida paulatina de apoyos a la protesta, la división de los sindicatos y las concesiones en la negociación permitan avanzar con la reforma. Uno de las principales críticas que se le realiza a la reforma es el aumento que prevé en la edad jubilatoria. En la actualidad es de 62 años. Macron quiere llevarla a los 64. Todo el mundo trabajará más tiempo: es inaceptable”, declaró al respecto el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez. En los próximos días se esperan nuevas jornadas de protesta.
Ayer, la jornada estuvo marcada por la represión con la que la Policía decidió responder a los disturbios en París.