HOY DIA CORDOBA dialogó con Hugo Siles, internacionalista y ex ministro de Autonomías del gobierno boliviano, sobre la situación actual de Bolivia, su relación con Estados Unidos, China y la lucha contra la pandemia.
– Usted realizó sus estudios de grado en nuestro país, precisamente en la provincia de Córdoba. Luego inició su trayectoria profesional y política. ¿Podría contarnos más sobre ello?
– Luego de concluir mis estudios de Licenciatura de Relaciones Internacionales en la Universidad Católica de Córdoba, continúe mis estudios de Máster en Comercio Internacional y después en Administración Pública y Gobiernos Autónomos. Uno de los espacios donde comencé mi carrera profesional fue la docencia universitaria. En 1995 aproximadamente, se abrió la posibilidad de trabajar en el diseño de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad NUR. En ese contexto, participe en la docencia universitaria empezando la formación de los nuevos profesionales de Relaciones Internacionales en esta universidad, que fue la primera privada en ofrecer la carrera. Luego, participe en la función pública en lo que es ahora la Gobernación de Santa Cruz, en cargos relativos a inversiones y comercio exterior. También participe en la administración del Ejecutivo del gobierno municipal de Santa Cruz. Para 2010 fui Concejal electo por el municipio de Santa Cruz de la Sierra; en enero de 2015, el presidente Evo Morales me invitó a ser Ministro de Autonomía.
– La pandemia ha golpeado fuertemente las economías latinoamericanas. ¿Cómo ha sido la experiencia boliviana en la lucha contra el Covid-19?
– En el caso boliviano, se ha dado un gran agravante: al haber sufrido un golpe de Estado propiciado por la oposición en 2019, se interrumpió el gobierno constitucional y, al ser un gobierno deslegitimado que hizo uso de la fuerza, la pandemia del Covid llegó en un momento de alta conflictividad social y política. La pandemia fue abordada por el gobierno de facto de Añez con una cuarentena rígida, pero sin ningún tipo de política pública que permitiese tener medicamentos a disposición, pruebas de antígeno nasales y otras medidas para generar prevención y satisfacción a la población. Lo más curioso fue que se descubrieron casos de corrupción aberrantes en la compra de respiradores, provocando un malestar generalizado luego de la restauración de la democracia.
Bolivia es uno de los países que está en un perfil medio en la provisión de vacunas. A través del presidente Luis Arce, Bolivia está gestionando que la vacunación sea universal y masiva, un derecho humano y que se genere la liberación de patentes para que todos los pueblos del mundo puedan obtener la vacuna del Covid, liberando los obstáculos de su producción. Bolivia cuenta con un cronograma de vacunación masiva. La economía podrá, de esta manera, crecer al menos entre un 4%-5% este año, reduciendo así los niveles de desempleo alcanzado.
– La presencia de los EEUU en Bolivia ha estado cargada desde hace décadas por numerosas conflictividades. Como analista ¿cuál es el balance que haría de las relaciones entre ambos países?
– La relación entre ambos países tiene más de 150 años, la característica principal de esta relación ha sido la subordinación de Bolivia al dictamen de la política exterior de EEUU. Lo más importante aquí ha sido que el principal tema de preocupación e interés de EEUU sobre la región fue la lucha contra el narcotráfico. Esto ha primado entre los 80 y los 90. La política norteamericana obligó al país adoptar una conducta de subordinación y alienación. De hecho, los otrora embajadores de EEUU en Bolivia promovían una intensa intromisión en la política interna boliviana. Si hay algo que provocó un cambio 180 grados fue la llegada al poder de Evo Morales, con lo cual Bolivia inicia un proceso de dignificación y soberanía en políticas públicas determinadas, como el cultivo de la hoja de coca y el combate del narcotráfico. Bolivia da fin a la cooperación a través de USAID, la DEA y otras agencias de inteligencia vigentes en el país. En 2008, Bolivia expulsó al embajador Philip Goldberg, acusándolo de intromisión en asuntos internos y de motivar escenarios de conflictividad. En 2011, se firmó un memorandum de entendimiento, donde se establece la soberanía entre Estados y la no intromisión. Bolivia también ha aplicado la reciprocidad de visas a EEUU para el ingreso al país. En este sentido, la relación ha madurado.
– Por el contrario, China aparece en la región como un aliado” dispuesto a una ayuda incondicional. ¿Qué perspectivas comerciales innovadoras se abren frente a la tradicional búsqueda china de materia prima?
– Bolivia ha asumido una relación estrecha con China, asumiendo que este país industrializado, con alto poder tecnológico, ha ofrecido un sinnúmero de alternativas de apoyo al fortalecimiento y a la inversión en aéreas sensibles de nuestra industria, como la producción de materia prima e infraestructura. De hecho, el Estado boliviano ha asumido un crédito cifrado en 7.000 millones de dólares destinado al desarrollo de la industria, principalmente litio, acero, infraestructura vial y otros. Lo más importante es que la política entre ambos países no mantiene ningún tipo de condicionamiento o interferencia. China es un país que ofrece ayuda, cooperación, préstamos y tecnología a los países de la región, pero no genera ningún tipo de intromisión en la política interna del país. Es cierto que hay empresas chinas que participan en el desarrollo de carreteras y de la industria, pero Bolivia es uno de los países que ha considerado la necesidad de establecer una mejor disposición de recursos para poder contratar empresas que desarrollen un trabajo específico, es decir, la configuración de una industria pesada y luego esa industria sea absolutamente conducida por el Estado boliviano.