Luego de tres meses y medio del escándalo conocido como el caso de la “empleada fantasma” Virginia Martínez en la Legislatura de Córdoba, la vicepresidenta de la Unicameral, Nadia Fernández (Hacemos Unidos por Córdoba-PJ), quien impulsó la contratación de la mujer, volvió a romper el silencio este lunes.
La legisladora admitió que fue Guillermo Kraisman quien le recomendó a Martínez y ofreció detalles sobre el proceso y las razones de su silencio inicial. Fernández defendió su decisión de no haber publicado de inmediato la lista de contratados del organismo, asegurando que no significó “ocultarse o evadir”.
Explicó que la demora se debió a una extrema prudencia, ya que los hechos están sujetos a investigación judicial, con personas detenidas e imputadas. Señaló que le interesa, al igual que a la institución, «llegar a la verdad de los hechos«. Reafirmó categóricamente que “no hubo empleados fantasmas ni hoy ni habrá” en la Legislatura.
Al ser consultada directamente si Virginia Martínez cumplió alguna tarea en la Legislatura, Fernández reconoció que no. Detalló en declaraciones a Canal Doce que Martínez, quien actualmente está imputada por falso testimonio, estuvo vinculada administrativamente desde principios de diciembre hasta principios de enero.
Sin embargo, presentó “un sinnúmero de inconvenientes” para reunir los requisitos exigidos, como el certificado de antecedentes y de buena salud, y manifestó “un sinnúmero de evasivas” cada vez que se intentó contactarla para completar su legajo.
Fernández explicó que, aunque dio “impulso administrativo a la contratación”, cuando un empleado en la administración pública no reúne los requisitos, “inmediatamente se cae y se da la baja”. Aseguró que la contratación siguió los procedimientos administrativos habituales de la Legislatura.
“Kraisman me la sugirió”
Sobre cómo llegó la recomendación de Martínez, la vicepresidenta confirmó: «Sí, (Kraisman) me lo sugirió en más de una oportunidad y yo hice lugar actuando de buena fe«.
Fernández describió a Kraisman como una persona con una trayectoria con la que coincidió en actividades sociocomunitarias. Justificó su actuación en la buena fe, indicando que Kraisman “nunca pidió algo para él, pidió por una persona que necesitaba trabajo, una oportunidad”.
Agregó que pensó que se trataba de una persona “que estaba dispuesta a trabajar y cumplir con los requerimientos del Poder Legislativo”. Enfatizó que los requisitos de ingreso los debe cumplir la persona interesada en trabajar, no quien recomienda.
Respecto a la tardanza en difundir la lista de nombres de los empleados, Fernández recordó un antecedente judicial de 2017 que resolvió que el tratamiento de datos personales debe regirse por principios de necesidad, utilidad, circulación restringida y disociación. Sostuvo la necesidad de buscar un “punto medio” entre el derecho al acceso a la información pública y la protección de los derechos patrimoniales de las personas, como el monto que ganan.
En base a esto, “entendimos que era necesario tomarse unos días”.
Los escándalos de Kraisman
Finalmente, Nadia Fernández reiteró su afirmación de que “nunca hubo empleados fantasmas” y que Virginia Martínez “nunca fue fantasma”. Cabe recordar que el escándalo se desató cuando una persona, presuntamente Kraisman, intentó cobrar el sueldo de Martínez en una sucursal bancaria.
Fue a mediados de enero cuando Kraisman quedó aprehendido por personal policial en el momento en el que supuestamente intentara retirar un millón de pesos de la sucursal de Banco de Córdoba, de la avenida 24 de Septiembre al 100, en barrio General Paz. En ese momento el exfuncionario municipal se encontraba con una mujer, Luciana Castro, y habría buscado llevarse el dinero presentando un DNI de otra persona.
Según los datos que inicialmente aportó la Unicameral, Martínez fue “asignada a trabajo en comisiones” con una escala salarial como asistente legislativa nivel 3 y un sueldo de 878.361 pesos. El millón de pesos que intentó cobrar Kraisman en su nombre correspondería al salario de diciembre y al proporcional de medio aguinaldo y vacaciones. En el expediente de baja que se conoció, Martínez prestaba servicios para el bloque Hacemos Unidos por Córdoba.
En septiembre de 2024, Kraisman también se vio involucrado en otro escándalo cuando se retiró de un supermercado de la Capital con fiambres ocultos entre sus pertenencias que no habían sido abonados, según la acusación.
En aquel momento, Kraisman era director de Promoción de Clubes Sociales y Deportivos de la ciudad de Córdoba. Al verse envuelto en aquel escándalo, que derivó en una detención e imputación, fue removido de su cargo a pedido del intendente Daniel Passerini.
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