La temporada de verano está casi en su punto de largada en las sierras de Córdoba, pero en un contexto de incertidumbre económica y política nacional. Cuesta definir con números redondos qué tarifas se están aplicando para quienes consultan por alojamiento para la temporada alta de enero o febrero: no hay uniformidad de criterio y cada establecimiento define su modo de ajustar los precios.
Mientras, las reservas previas son notoriamente más bajas, por ahora, que las habituales para fines de noviembre. Hasta hace unos días, una parte de los hoteleros y cabañeros cordobeses directamente no tomaban reservas porque no tenían tarifas definidas y esperaban más señales del reacomodamiento postelectoral.
La mayoría, en tanto, optó por ir asegurando reservas pero con dos modalidades: cobrando el 100% de la estadía por adelantado, para congelar el precio, o admitiendo una seña por el valor de la tarifa actual y el resto a pagar al momento del uso pero con un ajuste que, según cada caso, se haría sobre el valor del dólar libre o sobre el índice inflacionario.
Salvo muy escasas excepciones en la Córdoba turística no se habla, hasta ahora, de cobrar las tarifas de alojamiento en dólares –como están aplicando establecimientos de los balnearios de mayor precio en la costa bonaerense– pero una parte sí admite que ajusta sus tarifas en pesos sobre esa referencia del verde billete, reveló ayer en un informe el diario La Voz del Interior.
En general, los hoteles y cabañas de mayor jerarquía y costo, que son la menor parte del total existente en las Sierras, adoptan ese criterio. Pero a los demás, que apuntan más a un perfil de visitantes de clases medias, se les complica ajustar de ese modo sin riesgo de quedarse sin clientes.
Aunque es muy variable, en promedio se estima que respecto del verano pasado, las tarifas actuales están entre un 120% y 200% por arriba. Pero nadie se anima a afirmar el precio que podrían costar los alojamientos si uno repite la pregunta en enero próximo.
Mientras, con el nuevo valor encarecido del dólar turista, en las Sierras ya miran con menos recelo la competencia que parecían poder plantearles los destinos de Brasil y del Caribe para el segmento de mayor poder adquisitivo.
Testimonios e impresiones
En Villa Carlos Paz, principal ciudad turística de Córdoba, se admite que el nivel de reservas es bajo pero la mayoría parece confiar que, aunque sea sobre la marcha, enero y febrero no serán de bajo movimiento.
Andrés García, flamante presidente de la Cámara de Turismo de Carlos Paz, marcó que hay optimismo en cuanto a la cantidad de turistas que llegará y apuntó que si bien las reservas no escalan por ahora, es cada vez más habitual que los turistas decidan a último momento. “Más en este contexto”, acotó.
“Estamos con expectativa con lo que pase después del 10 de diciembre. Por suerte, los mercados esta semana reaccionaron bien y esperemos que siga así”, dijo García. “Cuando asuma el nuevo presidente vamos a ver cuáles son las políticas y de ahí en más veremos también cómo actuar en consecuencia”, agregó. “Este año es muy complejo con el tema de los precios; la inflación nos viene jugando muy en contra porque nunca la alcanzamos, siempre vamos quedándonos atrás”, añadió García.
En octubre pasado, los empresarios hoteleros de Carlos Paz decidieron en su mayoría ofrecer una tarifa para el verano que podía cancelarse totalmente en ese momento, con ajustes de entre el 100% y 120% promedio respecto del verano anterior. Eso se hizo para diferenciarse de otros destinos nacionales que ya habían dolarizado los precios de los alojamientos. Pero de octubre a hoy “pasaron cosas”.
“Seguimos haciendo publicidad para reservas con tarifas puestas en pesos”, expresó García.
Las reservas en Carlos Paz se acercan, por estos días, al 25% para enero y al 10% para febrero. Para los hoteleros, no es un número tan malo si se tiene en cuenta la cuestión política y económica.
En precios, por ejemplo, los hoteles cuatro estrellas de Carlos Paz tienen tarifas para enero, si se reserva y paga hoy, que van de los 70.000 pesos a los 100.000 pesos la habitación doble. Un tres estrellas puede rondar entre los 40.000 y 65.000 la noche.
Martín Véliz, referente de un grupo empresario que tiene hoteles en todo el valle de Punilla más uno en Miramar de Ansenuza, aseguró que hace 10 días lanzaron su propuesta para diciembre a marzo. “Ya está, no tenemos pensado cambiar los precios y especular; esa ha sido la idea que mantuvimos todo el año”, remarcó. Véliz sostuvo que prevén tener “una temporada similar a la del año pasado”.
“El precio que se dispuso fue con las prevenciones lógicas, pero sin ir en contra del bolsillo de nuestros clientes”, agregó. En esos hoteles, las subas de tarifas rondan del 120% al 140% de un verano a otro. Y comparó que, en un hotel de alta categoría, con desayuno y cena, se cobraba 33 mil pesos la habitación doble en la temporada pasada y ahora rondaría los 120 mil pesos.
Dudas por lo que viene
En el valle de Calamuchita apuntan que el nivel de consultas y de reservas es más moderado que otros años. El proceso electoral y la inflación demoraron la fijación de tarifas. El panorama no cambió demasiado luego del balotaje.
“Ya tomo reservas para el verano, pero vienen flojas, sigo pidiendo seña y el saldo restante se cancela en el momento del ingreso, pero con una tarifa que tendrá el incremento que marque el Indec a ese momento”, reveló un cabañero de Santa Rosa de Calamuchita que semanas atrás había decidido “blindarse” y no tomar reservas. Otros contaron que esa actualización la harán sobre el valor del dólar.
Son excepcionales los casos que sostienen la mecánica tradicional de percibir una seña y congelar la tarifa hasta el momento del ingreso.
El temor de una inflación desmedida sigue instalada en el sector. Pero los días pasan y las tarifas ya comenzaron a aparecer en las páginas web o plataformas de búsquedas.
Las tarifas se incrementaron en esta región, en promedio, entre 140% y 200% respecto del verano pasado. “Pasado el balotaje, la percepción es que no se han generado cambios ni en el volumen de llamadas ni en la dinámica de las reservas”, señaló Aline Rethore, de la Asociación Empresaria Hotelera de Calamuchita y dueña de un hotel en Villa General Belgrano.
Razonó que la incertidumbre no sólo afecta a las empresas del rubro sino también a los potenciales turistas. Y tras admitir que el nivel de reservas es aún bajo, Rethore apuntó que “igualmente, el pico de reservas se da en diciembre”.
Rethore comentó que, en general, “se están pidiendo anticipos más elevados que años anteriores, para proteger el valor”. Y ensayó una hipótesis: “Me parece que lo que podría cambiar la cosa de aquí al verano es una corrida cambiaria importante; hasta ahora el dólar libre subió pero dentro de los parámetros proyectados”, consideró.
Se estima, por estos días, que el rango de precios en Calamuchita oscilará entre 80.000 a 140.000 pesos la habitación doble de un hotel de elevada categoría. Los tres estrellas fluctuaría entre 60.000 y 90.000 pesos y los dos estrellas, entre 30.000 y 65.000 pesos, siempre con matices y excepciones hacia arriba o hacia abajo, indicaron operadores turísticos.
El director de Turismo de Villa Rumipal, Facundo Suárez, reveló que con relevamientos propios lograron establecer que el aumento de gastos por día por turista interanual (de octubre de 2022 a octubre de 2023), fue del 300%, superando largamente las cifras oficiales de inflación.
«Cómo saber los valores para dentro de dos meses…»
En el valle de Traslasierra los cálculos son similares. Eduardo Bottaro, cabañero y gastrónomo de San Javier-Yacanto, resumió a La Voz: “Este clima de inseguridad sobre lo que viene se vive desde hace un par de meses, creemos que a fines de diciembre vamos a tener un poco más de certezas. En otros noviembres suelo tener reservas del 25% para enero, ahora tengo un 5%”.
Bottaro se pregunta lo mismo que tantos de sus pares: “¿Cómo resguardamos un valor desde acá a dos meses? No sabemos. Mi impresión es que no será una temporada gloriosa. En todo caso, será moderada o aceptable. Creo que se van a reducir las estadías, la gente va a buscar precios y habrá que adaptarse a eso, pero ya tampoco muchos esperábamos que fuera de otro modo”.
Silvina Aguilera, secretaria de Turismo de Mina Clavero, graficó el escenario: “Desde nuestro lugar acompañamos a los hoteleros y cabañeros; hay mucha incertidumbre, algunos se la juegan y establecen una tarifa, otros esperan unos días a ver si se aclara el panorama, y otros cobran a un precio en cotización dólar. Lo cierto es que ahora hay muy pocas reservas en comparación con otros noviembres, aunque hay buen nivel de consultas”.
Leonardo Rodríguez, a cargo de Turismo en San Javier-Yacanto, planteó su mirada: “Al no haber certezas, las dudas son muchas, tanto del lado del hotelero como del turista. Hay quienes van actualizando sus tarifas al valor del dólar y cierran ahora las operaciones con turistas que pagan ya el 50% ó el 100% de su estadía, pero no son la mayoría. Creo que va ha haber muchas reservas a último momento, ó después del 15 de diciembre, porque la gente que puede salir está esperando las medidas que se puedan tomar”.
También admitió su inquietud de que si liberan todos los mercados muchos turistas argentinos podrían optar por el exterior y eso implicará un replanteo complejo para los destinos nacionales.
Ignacio Vega, director municipal de Turismo de Villa Cura Brochero, aportó: “Estos días se viven con incertidumbre, en general se están vendiendo plazas pagando ya el 100%, pero la mayoría de los hoteleros y de los turistas esperan a que el panorama aclare un poco”.