Un juzgado de Cádiz impuso a Joaquín García una multa de 27.000 euros por absentismo laboral. Esta corresponde a un año de su salario neto, el máximo importe legalmente reclamable en este tipo de situaciones.
Joaquín García, un ingeniero español cobró durante seis años un salario sin llevar a cabo ninguna tarea para la administración pública.
Conocido como “el funcionario fantasma de Cádiz”, trabajó en el Ayuntamiento de Cádiz y percibió un salario anual de 37.000 euros entre 2004 y 2010, sin presentarse a su puesto de trabajo.
Pero su feliz vida terminó cuando fue descubierto tras ser nominado para recibir una placa conmemorativa por sus 20 años de servicio en el ayuntamiento.
A pesar de declararse inocente, García no pudo refutar que, durante esos seis años, no cumplió con todas sus responsabilidades laborales.
La multa que se le impuso le corresponde a un año de su salario neto. Este es el máximo importe legalmente reclamable en este tipo de situaciones.
García, conviene señalar, comenzó su carrera en 1990 y llegó a ser director de Medio Ambiente del ayuntamiento. Sin embargo, acto seguido fue transferido a la empresa de aguas de la ciudad, Aguas de Cádiz, donde se supo que no realizó ninguna labor entre 2004 y 2010.
Su ausencia pasó desapercibida hasta que el ayuntamiento revisó su historial para la ceremonia de condecoración. En su defensa, García explicó de manera contundente que fue víctima de acoso laboral y fue relegado a un cargo sin contenido significativo.
Es más, aseguró que, aunque acudía a la oficina, la falta de tareas asignadas le llevó a dedicar su tiempo a la lectura, convirtiéndose en un lector frecuente del filósofo Baruch Spinoza. Después de la revelación del caso, los abogados de este afirmaron que su cliente tuvo que esconderse debido a la atención mediática y la presión social.
Explicando su versión de los hechos, envió una carta al alcalde de Cádiz, en la cual solicitaba una revisión de la sentencia. Durante el proceso judicial, se presentó un informe del entonces gerente de Aguas de Cádiz, Aurelio Vélez, quien testificó que no había visto a García en años.