El presidente de Rusia, Vladímir Putin, no descartó ayer que Moscú pueda golpear centros de toma de decisiones en Kiev con el nuevo misil hipersónico Oréshnik si continúan los ataques con armas occidentales de largo alcance contra el territorio ruso.
“No descartamos el uso del Oréshnik contra instalaciones militares y de la industria militar o contra los centros de toma de decisiones en Kiev, entre otros”, dijo el jefe del Kremlin en una rueda de prensa en Astaná tras asistir a una cumbre de la alianza militar Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
Agregó que las autoridades de Kiev continúan los intentos de atacar “instalaciones críticas” rusas, incluido las que se encuentran Moscú y San Petersburgo. “Vamos a responder a los actos de agresión contra Rusia. Cómo, cuándo y con qué armas dependerá del Ministerio de Defensa de Rusia”, señaló el jefe del Kremlin. Agregó que para cada objetivo se debe utilizar “un instrumento diferente”.
En cuanto a la disposición de negociar la paz, Putin afirmó que la aparición del misil Oréshnik “no ha cambiado nada”. “Nuestra actitud fundamental hacia la solución de la situación en Ucrania no cambia, ni para el proceso de negociación ni, por supuesto, en los términos que establecí en mi discurso ante la jefatura del Ministerio de Asuntos Exteriores en junio de este año”, afirmó. Horas después, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió ayer a los aliados que den una respuesta dura al “chantaje” de Rusia.