En una causa que se tramitó en el Juzgado de Control, Niñez, Juventud y Penal Juvenil y Faltas de Río Segundo, se precisó que el grooming solo puede aplicarse en aquellos casos en que la víctima es menor de edad y descartó que esa figura penal pueda extenderse a un hecho que involucra a una joven, mayor de edad, con diagnóstico de retraso mental leve. El grooming es conocido como el contacto de una persona mayor de edad, por medio telemáticos, con otra menor de edad con el objetivo de menoscabar su integridad sexual.
Según la acusación, el imputado (mediante un perfil simulado) habría establecido contactos anónimos con una joven a través de la red social Instagram. El presunto autor sabía que la damnificada tenía con diagnóstico de retraso mental leve y durante ese período, la convenció para que le enviara fotografías sin ropa a través de la web.
Cuando la víctima quiso interrumpir ese vínculo, el imputado le habría exigido, mediante amenazas, que no lo bloquee en la red porque si no publicaría en internet las fotos que le había enviado y se las remitiría tanto a su familia como a sus amigos.
En la resolución, la jueza actuante, María Licia Tulián, explicó que hacer una analogía entre la vulnerabilidad que supone la minoría de edad biológica con la vulnerabilidad que surge de una circunstancia de discapacidad cognitiva y equiparar, de este modo, la edad madurativa con la edad cronológica o biológica, extiende ilegítimamente el alcance del texto y alcanza un supuesto no previsto por el tipo penal”. En contraste, la magistrada consideró que el supuesto si configuró el delito de coacción calificada por medios telemáticos.
La jueza Tulián remarcó que la conducta privada de quien tiene estos materiales para su propio consumo o disfrute personal (aun cuando no tenga ninguna trascendencia al exterior) tiene un carácter lesivo del derecho de esos niños y niñas a la preservación de su intimidad y de sus imágenes”.
Esta afectación no es potencial, no se trata de una conducta meramente peligrosa para el bien jurídico, sino que implica una lesión concreta, que se consuma con la adquisición –por el modo que fuere- de esos materiales y permanece durante todo el tiempo por el que se prolongue su tenencia”, agregó.
En definitiva, el Juzgado de Control, Niñez, Juventud y Penal Juvenil y Faltas de Río Segundo confirmó la prisión preventiva del imputado por los delitos de coacción calificada por medios telemáticos y tenencia simple de material de abuso y explotación sexual infantil. En tanto, dictó el sobreseimiento por atipicidad con respecto a la figura de grooming.