Una investigación descubrió que los teléfonos Android comparten más información confidencial de la que se pensaba. En cuanto un usuario adquiere un nuevo aparato, solo basta con que se conecte a Internet para que su dispositivo empiece a compartir detalles personales.
El software que viene preinstalado en el celular está configurado de tal manera para que este pueda saber dónde está el dueño, qué se descarga, qué mensajes manda y qué archivos de música tiene. “Las apps preinstaladas son la manifestación de otro fenómeno: acuerdos entre actores (fabricantes, comerciantes de datos, operadoras, anunciantes) para dar, en principio, valor añadido pero también para fines comerciales”, explicó Juan Tapiador, profesor de la Universidad Carlos III y uno de los autores del estudio.
La novedad de su investigación se refiere a la función de las apps preinstaladas, las cuales presentan una posición privilegiada dentro del teléfono. Han analizado 1.742 celulares de 214 fabricantes en 130 países.
“Hasta ahora las investigaciones sobre los riesgos de privacidad en móviles se habían centrado en apps que están listadas en Google Play o en muestras de malware”, dijo Narseo Vallina, otro de los autores del estudio. Sin embargo, ahora han analizado el contenido que traen de fábrica los dispositivos y que pareciera estar “fuera de control”.
Dependiendo de cada teléfono, la información personal que se recolecta se manda a una amplia red de destinos. Entre estos se incluye a Facebook, Google y una serie de corporaciones start-ups que reúnen la información personal de cada cual, la empaquetan con un identificador que se vincula al nombre del usuario y la venden a quien pague mejor.
Para poder realizar este estudio los investigadores crearon la app Firmware Scanner, que recoge el software pre instalado de los usuarios voluntarios. Para el estudio han analizado más de 1.700 dispositivos.
El resultado fue un panorama internacional de cientos de miles de aplicaciones con funciones “comunes, dudosas, desconocidas, peligrosas o potencialmente delictivas”. “El mundo Android es muy selvático, es como el ´Far West´, especialmente en países con escasa regulación de protección de datos personales”, apuntó Juan Tapiador.