BEIRUT.- Desde temprano, grupos de manifestantes protestaban en las calles de Beirut pese a la dura represión de la Policía; situación que no cedió con la renuncia de Diab puesto que al anochecer las corridas, la violencia policial y los gritos de manifestantes pidiendo un cambio político radical seguían en la capital.
En los últimos días, el país vivió un verdadero descalabro de la clase política con renuncias en cadena de embajadores, diputados y ministros en rechazo a lo que denuncian como un Estado y una clase dirigente cómplice con la tragedia, que dejó al menos 220 muertos y más de 7.000 heridos. El próximo paso ahora es que el presidente Michel Aoun convoque a los líderes de Diputados para ver si hay mayoría para formar un nuevo Gobierno.