Cruz no es la primera víctima designada en este organismo que creó Francisco en diciembre de 2013 para que lo ayude a combatir y prevenir un flagelo que dañó como nunca la credibilidad de la iglesia. Antes estuvo la sobreviviente irlandesa Marie Collins, que dio un portazo en 2017 aduciendo resistencias de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) a las recomendaciones de la PCTM, que preside el cardenal estadounidense Sean O’Malley, arzobispo de Boston, ciudad especialmente azotada por el escándalo por abusos sexuales a menores por parte del clero.
La designación de Cruz, que es gay y vive en Estados Unidos, es significativa. Junto a sus amigos James Hamilton y Andrés Murillo, también víctimas de abusos, fue uno de los más férreos luchadores para que saliera a la luz todo el daño que sufrieron en manos del emblemático sacerdote pedófilo Karadima. Al enterarse de la designación, Cruz agradeció al papa y se comprometió a trabajar por eliminar esta lacra del abuso de la Iglesia y el mundo”.